El presidente Barack Obama rindió tributo a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial en una ceremonia que marcó el 70 aniversario de la invasión del Día-D, que llevó a la derrota de la Alemania nazi.
En su discurso en la playa Omaha en la costa de Normandía, Francia, Obama aclamó a las tropas que dijo “contribuyeron tanto a la supervivencia de la libertad en su momento de máximo peligro”.
“Estoy honrado de regresar aquí hoy para rendir tributo a los hombres y mujeres de una generación que desafió cada peligro, entre ellos nuestros veteranos del Día-D. Caballeros, nos sentimos muy humildes por su presencia aquí hoy”, resaltó Obama.
Unas 160.000 tropas aliadas fueron lanzadas en paracaídas o transportadas a las playas de Normandía el 6 de junio de 1944, en lo que fue el asalto militar por mar más grande en la historia. Se estima que las bajas solo ese día fueron de 10.000 muertos, heridos o perdidos en acción, de los cuales 6.603 fueron estadounidenses, 2.700 británicos y 946 canadienses.
La operación conocida como “Overlord”, eventualmente llevó a una victoria aliada a lo largo de toda Europa.
“Aquí no solo conmemoramos la victoria, a pesar de la orgullosos que estamos de ella” –añadió Obama. “No solo honramos el sacrificio, a pesar de lo agradecido que está el mundo. Vinimos a recordar por qué Estados Unidos y sus aliados dieron tanto por la sobrevivencia de la libertad en un momento de máximo peligro. Vinimos a contar la historia de los hombres y mujeres que la hicieron posible para que permanezca en la memoria de mundo futuro”.
Al abrir la ceremonia, el presidente francés Francois Hollande también dijo que el sacrificio de los soldados “cambió al mundo”.
Miles de veteranos, muchos ellos estadounidenses que por primera vez regresan a Normandía desde la guerra, estuvieron presente en la ceremonia realizada en el cementerio estadounidense en la playa Omaha.
Por la tarde, en otra ceremonia internacional, los presidentes europeos –incluyendo Vladimir Putin, de Rusia—participaran en otro evento similar. Los rusos contribuyeron en el esfuerzo por derrotar a los nazis y su cuota de sacrificio fue enorme: perdieron unos nueve millones de soldados, comparados con los 400.000 que perdió Estados Unidos.
En su discurso en la playa Omaha en la costa de Normandía, Francia, Obama aclamó a las tropas que dijo “contribuyeron tanto a la supervivencia de la libertad en su momento de máximo peligro”.
“Estoy honrado de regresar aquí hoy para rendir tributo a los hombres y mujeres de una generación que desafió cada peligro, entre ellos nuestros veteranos del Día-D. Caballeros, nos sentimos muy humildes por su presencia aquí hoy”, resaltó Obama.
Unas 160.000 tropas aliadas fueron lanzadas en paracaídas o transportadas a las playas de Normandía el 6 de junio de 1944, en lo que fue el asalto militar por mar más grande en la historia. Se estima que las bajas solo ese día fueron de 10.000 muertos, heridos o perdidos en acción, de los cuales 6.603 fueron estadounidenses, 2.700 británicos y 946 canadienses.
La operación conocida como “Overlord”, eventualmente llevó a una victoria aliada a lo largo de toda Europa.
“Aquí no solo conmemoramos la victoria, a pesar de la orgullosos que estamos de ella” –añadió Obama. “No solo honramos el sacrificio, a pesar de lo agradecido que está el mundo. Vinimos a recordar por qué Estados Unidos y sus aliados dieron tanto por la sobrevivencia de la libertad en un momento de máximo peligro. Vinimos a contar la historia de los hombres y mujeres que la hicieron posible para que permanezca en la memoria de mundo futuro”.
Al abrir la ceremonia, el presidente francés Francois Hollande también dijo que el sacrificio de los soldados “cambió al mundo”.
Miles de veteranos, muchos ellos estadounidenses que por primera vez regresan a Normandía desde la guerra, estuvieron presente en la ceremonia realizada en el cementerio estadounidense en la playa Omaha.
Por la tarde, en otra ceremonia internacional, los presidentes europeos –incluyendo Vladimir Putin, de Rusia—participaran en otro evento similar. Los rusos contribuyeron en el esfuerzo por derrotar a los nazis y su cuota de sacrificio fue enorme: perdieron unos nueve millones de soldados, comparados con los 400.000 que perdió Estados Unidos.