Después de un retraso pandémico de un año, los Juegos Olímpicos de Tokio comenzaron el viernes con una ceremonia de apertura reducida pero de celebración.
En medio de decenas de miles de asientos vacíos en el Estadio Olímpico de Tokio, solo unos 900 dignatarios y otros funcionarios asistieron a la ceremonia inaugural debido a las precauciones del COVID-19.
La ceremonia de apertura, con el tema "Unidos por la emoción", puede ser uno de los elementos más normales de los que prometen ser los Juegos Olímpicos más inusuales de la historia.
Elementos familiares como fuegos artificiales, drones, actuaciones musicales y una ceremonia de encendido del pebetero prepararon el escenario para los Juegos. Los atletas marcharon y ondearon las banderas de sus países durante un desfile de naciones más pequeño de lo habitual y socialmente distanciado.
"Se requiere un mínimo de 1 metro -posiblemente 2 metros- de distancia social, y tienen que usar máscaras todo el tiempo", dijo Hidemasa Nakamura, un funcionario del comité organizador de Tokio 2020.
El público japonés se opone ampliamente a la celebración de los Juegos, por temor a que empeoren la ya deteriorada situación pandémica de Japón. Tokio informó el jueves de cerca de 2.000 nuevas infecciones por COVID-19, en una ciudad que ya se encuentra en estado de emergencia.
En la capital, se han cancelado las áreas de visualización pública. Se ha pedido a los bares que no sirvan alcohol. El relevo de la antorcha, un pilar olímpico, fue reemplazado por ceremonias de iluminación en línea.
Hasta ahora, 106 personas asociadas con los Juegos Olímpicos han dado positivo por el virus. Eso incluye a varios atletas, cuyos sueños olímpicos se vieron truncados. Aún así, los organizadores han minimizado los temores de que estalle una infección masiva en la Villa Olímpica, diciendo que la tasa general de infección es muy baja.
“No hay un solo lugar que no tenga casos de virus. Eso es imposible. Por tanto, surgirán algunos casos. Lo importante es la capacidad de identificar los casos positivos rápidamente y aislarlos, y creemos que esto se implementa bien para llevar a cabo unos Juegos seguros y protegidos”, dijo Nakamura.
Aunque aparentemente todos los Juegos Olímpicos enfrentan cierto descontento del público, los Juegos de Tokio han sido protagonizados por una cantidad impresionante de titulares negativos.
Además de los temores de COVID-19, los Juegos también superaron enormemente el presupuesto. A principios de este año, el jefe del comité organizador de Tokio dimitió tras la indignación por sus comentarios de que las mujeres hablan demasiado.
Esta semana, el director de la ceremonia de apertura, Kentaro Kobayashi, fue despedido después de que aparecieran imágenes de él burlándose del Holocausto en una comedia de 1998.
Los Juegos son tan tóxicos que los principales patrocinadores están retrocediendo. A principios de esta semana, Toyota, una de las marcas más reconocidas del país, anunció que no emitiría ningún comercial de televisión relacionado con los Juegos Olímpicos en Japón y que sus principales funcionarios no asistirían a la ceremonia de apertura.
"Como alguien que ha estudiado la historia política de los Juegos Olímpicos, estos realmente sobresalen en algunos momentos salvajes en lo que a territorio olímpico se refiere", dijo Jules Boykoff, ex atleta olímpico y autor de varios libros sobre los Juegos.
A pesar de la controversia, los organizadores esperan que el enfoque cambie a los deportes una vez que comience la competencia.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.