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Violenta ultraderecha alemana impulsada por frustraciones por el confinamiento


El pasado nazi hace de la militancia de extrema derecha en Alemania un tema particularmente sensible.
El pasado nazi hace de la militancia de extrema derecha en Alemania un tema particularmente sensible.

Alemania, está viendo cómo los grupos violentos de extrema derecha se están fortaleciendo por la frustración de la población con las restricciones de la pandemia. Muchos de esos grupos se adhieren a la filosofía nazi, y se vieron animados por el ataque al Capitolio de EE. UU. el 6 de enero.

Violentos grupos de extrema derecha están usando la creciente frustración con los confinamientos de la pandemia en sus esfuerzos de reclutamiento, dijeron temer oficiales alemanes.

La agencia de inteligencia doméstica de Alemania está monitoreando a los que protestan contra las restricciones por el coronavirus, preocupados de que la influencia de militantes, incluyendo a simpatizantes del nazismo, ultranacionalistas y de quienes niegan el Holocausto judío, está creciendo.

Mientras la ultraderechista alemana, Alternativa por Alemania, ha visto una estrepitosa caída en sus resultados de encuestas desde que empezó la pandemia, el Partido marcaba apenas un 9 por ciento de respaldo popular el mes pasado, oficiales dicen que extremistas violentos de ultraderecha, unidos en su oposición a lo que ellos consideran ilegítimas reducciones de sus libertades, están recibiendo un empuje del coronavirus y fortaleciendo su movilización alrededor de narrativas conspirativas antigubernamentales.

“Actores del movimiento ven la pandemia como una oportunidad para difundir su ideología más ampliamente y para alcanzar una base de reclutamiento más amplia”, advirtió el Proyecto Contra el Extremismo (CEP, por sus siglas en alemán) , una organización no gubernamental sin fines de lucro con base en Nueva York, en un extenso reporte valorando las amenazas presentadas por el extremismo transnacional de derecha en Europa y Estados Unidos.

Previamente, agitadores violentos de extrema derecha de Alemania se promovieron basados en gran parte en la hostilidad contra los inmigrantes y la religión musulmana. Ahora, están más enfocados en las restricciones de la pandemia y las vacunas del coronavirus, advierten analistas y funcionarios.

En el violento y cada vez más interconectado y transnacional escenario de la ultraderecha, militantes alemanes han estado animados por el asalto de este mes al Congreso de Estados Unidos.

“Estamos duplicando nuestro escrutinio de grupos e individuos en listas de observación y agregando a las listas, especialmente luego del ataque al Congreso de Estados Unidos”, dijo a la Voz de América un oficial de inteligencia alemán, en referencia al asalto del Capitolio por simpatizantes de Trump el 6 de enero.

Según los investigadores, Alemania representa una enorme proporción de los simpatizantes europeos del movimiento de conspiraciones QAnon, que cree que el presidente Donald Trump ha estado librando una guerra secreta contra una élite de satánicos y pedófilos en el gobierno, las grandes empresas y los medios de comunicación. Banderas del movimiento fueron desplegadas el 6 de enero en Washington, y también han sido vistas en protestas contra el confinamiento en Alemania.

El Bundestag de Alemania fue un blanco en agosto cuando centenares de manifestantes escalaron la cerca que rodeaba el Reichstag, la sede del parlamento nacional alemán, y corrieron hacia la entrada, algunos portando la bandera negra, blanca y roja del Imperio Alemán, colores luego adoptados por los nazis. La Policía logró repeler a los manifestantes.

El mes pasado, oficiales en la región del suroeste llamada Baden-Wuerttemberg, agregaron al grupo Querdenken 711 a la lista de vigilancia, dijo el Ministerio del Interior.

“Protestas legítimas contra las restricciones del coronavirus están cada vez más reflejando un odio general contra el estado y la política”, dijo a la agencia Reuters, Thomas Strobl, el ministro del Interior

Strobl dijo que actores violentos de extrema derecha están difundiendo falsos alegatos para incitar el odio contra el estado, hacienda comparaciones “absurdas” con los nazis y minimizando el Holocausto.

Querdenken, que en alemán significa pensamiento lateral, primero surgió en Stuttgart y fue iniciado por el empresario de la tecnología Michael Ballweg. Al inicio, atrajo a una amorfa variedad de simpatizantes antiestablecimiento. Pero elementos violentos de ultraderecha parecen haberse vuelto más comunes en el grupo, que cada vez más ha abrazado la idea de que el estado moderno alemán es ilegítimo.

El noviembre pasado, fanáticos de fútbol influencias por la extrema derecha se sumaron a una manifestación de Querdenken en Leipzig, haciéndola violenta. Una manifestación planificada contra el confinamiento fue anunciada en canales de redes sociales de grupos de ultraderecha y llamó a “Hooligans, Nacionalistas y Ultras” a reunirse en la capital estatal de Saxony para la demostración.

“En Alemania, actores violentos de extrema derecha se han sumado a manifestaciones en grandes números para protestar contra las restricciones y regulaciones adoptadas por el COVID-19”, según el CEP.

Críticos de Alternativa por Alemania acusan al partido de proveer cierto refugio político a quienes protestan contra las restricciones del coronavirus, señalando comentarios de sus legisladores en el Bundestag. Detlev Spangenberg, un legislador de Alternativa, de Saxony, señaló este mes que “hemos tenido confinamiento desde noviembre y los números no están reduciéndose”. Agregó que “sólo estamos diciendo que el daño colateral de los confinamientos sobrepasan los beneficios”.

El año pasado, el gobierno alemán prohibió cuatro grupos de extrema derecha, incluyendo el Wolfsbrigade 44, que desea restablecer un gobierno nazi.

Las autoridades alemanas han sido acusadas de ser muy lentas en reprimir a grupos violentos y de no tomar la amenaza que representan lo suficientemente en serio. La presión política para que se tomen acciones ha aumentado tras una serie de incidentes en 2019, incluyendo el asesinato de un político local en una sinagoga de Halle.

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