La ceremonia de bodas y la recepción en febrero del 2013 fue un ostentoso evento de tres días en un complejo de esquí cerca de San Petersburgo, Rusia.
Los felices recién casados eran Yekaterina Tikhonova, la hija menor del presidente ruso Vladimir Putin y Kirill Shamalov, el hijo de uno de los viejos amigos del líder ruso. Entre los regalos de boda recibidos poco después del casamiento estaba una significativa participación accionaria en el gigante petroquímico Sibur.
Según correos electrónicos descubiertos por iStories, un socio del consorcio de investigación Proyecto de Reportes sobre Crimen Organizado y Corrupción, el yerno de Putin pudo comprar acciones con un valor aproximado de casi 400 millones de dólares por sólo 100 dólares.
La revelación ha desatado una ola de críticas de activistas anticorrupción, que dicen que el dulce negocio es otro ejemplo del nepotismo del Kremlin y cómo la familia Putin y sus asociados y amigos se han enriquecido durante las dos décadas en el poder del líder ruso.
“Es simple”, tuiteó Alexei Navalny, un político de oposición y activista anticorrupción que recientemente sobrevivió un intento de envenenamiento. “La hija de Putin se casa y los recién casados reciben un regalo de 380 millones”.
Tras casarse con Tikhonova, Shamalov compró el 3,8 por ciento de las acciones en Sibur mediante una red de compañías offshore, según la investigación. En 2008, Shamalov se convirtió en uno de los vicepresidentes de Sibur.
En una nota de prensa, Dmitry Konov, director de la junta directiva de Sibur, dijo que “las condiciones para la venta de las acciones en el negocio no fueron diferentes de aquellas para un número de otros gerentes. No hubo condiciones exclusivas para KN Shamalov” (KN son las iniciales del primer nombre y apellido de Shamalov).
En declaraciones al sitio web RBC News, Konov dijo que el costo real de la participación era en realidad mucho más alto, incluyendo salarios renunciados como parte del negocio de adquisición de las acciones y otras condiciones no especificadas.
Correos electrónicos privados obtenidos mediante una masiva fuga de datos también sugieren que los recién casados se fueron en una juerga de gastos, comprando una lujosa mansión cerca de la residencia de campo de Putin en las afueras de Moscú y una villa en el resort francés de Biarritz. Los muebles eran caros, una alfombra costó 65.000 dólares, algunos libros japoneses costaron 7.000 dólares, y adquirió un spa por unos 350.000 de dólares, según los correos electrónicos.
Kirill es el hijo de Nikolai Shamalov, un empresario millonario que en los 1990 cofundó con Putin la comunidad Ozero, una cooperativa de casa de campo privada cerca de San Petesburgo. Muchos miembros de la cooperativa Ozero asumieron altos cargos en el gobierno ruso y negocios después que Putin se convirtiera en presidente de Rusia.
Un año después de su matrimonio con Tikhonova, el más joven Shamalov adquirió un enorme préstamo del Gazprombank, ligado al Kremlin, para comprar una participación mayor del 17 por ciento de Sibur, convirtiéndose en el billonario más joven de Rusia a los 32 años. Su hermano era el vicepresidente del Gazprombank en el momento que el préstamo fue concedido. Él y Tikhonova se divorciaron en 2018.
Shamalov estaba entre los funcionarios y asociados cercanos de la familia Putin que fueron sancionados por Washington por presuntas actividades “malignas” de parte de Rusia, incluyendo la interferencia en las elecciones estadounidenses.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, descartó el martes los reportes sobre “el regalo de boda”.
“Nosotros aún nos abstenemos de comentar sobre ese tipo de publicaciones”, le dijo a los periodistas. “Estos rumores con frecuencia no tienen ninguna relación con la realidad”.
Peskov se refirió a los reportes como una campaña de difamación y dijo que las investigaciones periodísticas de la familia Putin son “mentiras que no logran llegar a su meta”.
Los reportes de presunto enriquecimiento por la familia Putin y sus asociados han escalado en los meses recientes. Una historia reciente alegó que la exgimnasta Alina Kabaeva, que supuestamente es novia de Putin, recibió un salario anual de 10 millones de dólares por su nombramiento como jefa de la oficina de medios del Kremlin. Ella no tenía ninguna experiencia en medios o como administradora.
El consorcio que publicó la historia sobre el yerno de Putin dice que la decisión fue difícil.
“En primer lugar, la autenticidad de los documentos recibidos de una fuente desconocida puede ser cuestionada. Para verificar el archivo Shamalov, los reporteros de iStories pasaron casi un año verificándolos”, dijo el consorcio.
El conjunto de correos electrónicos incluyó más de 10.000 mensajes escritos e intercambiados entre 2003 y 2020. Los correos arrojan luz, dicen los reporteros del consorcio, sobre cómo los hijos y nietos de asociados y amigos de Putin de San Petesburgo están amasando fortunas y poder.
Tras su boda con la hija de Putin, los correos sugieren que Shamalov fue cortejado por empresarios rusos, que le presentaron tentadores ofrecimientos y solicitudes de ayuda. Algunos incluso le ofrecieron acciones gratis en sus compañías aparentemente esperanzados en sacar ganancias de la asociación. También recibió solicitudes de empresarios pidiéndole que lograra que su suegro, Putin, interviniera en disputas comerciales.
Pero lo que se acumuló también se perdió. Tras su divorcio de Yikhonova, Shamalov supuestamente cedió la mayoría de sus acciones de Sibur.
