La organización de derechos humanos Human Rigths Watchs (HRW) criticó el juicio contra tres militares en Birmania, a los que el gobierno local sancionó por "debilidad en seguir las instrucciones" respecto a delitos de sangre ocurridos contra la etnia rohingya en agosto de 2017.
El grupo observador, con sede en Nueva York, dijo este viernes en un comunicado que el resultado del tribunal militar del pasado 30 de junio “refleja los continuos esfuerzos del gobierno para evadir una responsabilidad significativa”.
HRW señala a las autoridades de Birmania porque “no han investigado ni procesado adecuadamente los abusos graves contra los rohingya en el estado de Rakhine, incluidos los crímenes de lesa humanidad”.
Según el grupo, en la aldea Gu Dar Pyin, en Rakhine, tuvo lugar una masacre perpetrada por los militares, del 27 al 28 de agosto de 2017, como parte de su campaña de atrocidades masivas que obligó a más de 740,000 rohingya a huir a Bangladesh.
Los militares no proporcionaron ninguna información relevante para identificar a los responsables, como sus nombres o rango.
"La farsa de la corte marcial de Birmania es el último intento de fingir el progreso en la rendición de cuentas en un aparente intento de influir en las Naciones Unidas y los tribunales internacionales", dijo Shayna Bauchner, investigadora asistente de HRW Asia.
Este proceso en la corte birmana se remonta a noviembre de 2019, pero las audiencias fueron a puerta cerrada hasta abril pasado.
HRW ha documentado que los testigos rohingya dijeron que cientos de soldados y policías fuertemente armados rodearon la ciudad y dispararon a los aldeanos mientras intentaban huir.
La Misión de Investigación sobre Birmania, respaldada por la ONU, “informó que los soldados secuestraron a mujeres y niñas de la aldea y las violaron en grupo en un complejo militar cercano”.
La agencia de noticias Associated Press identificó al menos cinco fosas comunes donde los soldados apilaron los cuerpos, antes de quemar sus caras con ácido. Se estima que murieron entre 300 y 400 rohingya. Las fuerzas de seguridad incendiaron todas las estructuras de la aldea.
El gobierno birmano ha negado la evidencia del ataque militar contra Gu Dar Pyin.
En cambio, afirmó que las fuerzas de seguridad estaban respondiendo a un ataque del Ejército de Salvación Rohingya Arakan (ARSA) y de aldeanos locales, durante el cual murieron 19 "terroristas" rohingya, sus cuerpos fueron "cuidadosamente enterrados".
En noviembre, Gambia presentó el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) alegando que las atrocidades de Birmania contra los rohingya violaron la Convención sobre el Genocidio.
Durante las audiencias de la CIJ en diciembre, la líder de Birmania, Aung San Suu Kyi, citó el caso de Gu Dar Pyin como evidencia de la "voluntad de rendición de cuentas" de los militares: "Me siento alentada por la corte marcial de Gu Dar Pyin, y espero que la Oficina continúe sus investigaciones".
Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz en 1992, ha recibido fuertes críticas por su “impasibilidad” ante el sufrimiento de los rohingya.
Ya le fueron retirados los premios de la Libertad de Oxford y el Elie Wiesel, éste último entregado por el prestigioso Museo del Holocausto de Estados Unidos. Un grupo de mujeres que han obtenido el Nobel criticaron a Suu Kyi, tras visitar los campos de refugiados en Bangladesh.