El rey emérito de España, Juan Carlos I, es objeto de una nueva investigación judicial para saber si utilizó tarjetas de crédito vinculadas a cuentas bancarias a nombre de presuntos testaferros para blanquear dinero, indicaron este miércoles fuentes judiciales.
La causa se suma a otras investigaciones judiciales en torno al antiguo monarca, que se exilió en los Emiratos Árabes Unidos en agosto, mientras la justicia española y la suiza estudiaban sus cuentas bancarias.
La fiscalía anticorrupción abrió discretamente esta investigación a finales de 2019 pero hasta ahora no se había conocido su existencia. Según fuentes jurídicas, está centrada en cuentas bancarias a nombre de un empresario mexicano y un oficial del Ejército del Aire español.
El objetivo es conocer el origen de estos fondos y saber si el antiguo monarca hizo uso de ellos, confirmaron esas fuentes tras la publicación de un artículo en el periódico digital Eldiario.es.
La fiscalía solicitó comisiones rogatorias al extranjero para determinar si las cantidades depositadas en estas cuentas domiciliadas en España habían sido escondidas a la agencia tributaria española, explicaron estas fuentes, sin precisar los países donde se mandaron estas peticiones.
Si se demostraran, estos hechos podrían constituir un delito de blanqueo de capitales por los que el rey emérito podría tener que rendir cuentas, dado que se produjeron después de su abdicación en junio de 2014, cuando perdió la inmunidad como jefe de Estado.
El Tribunal Supremo confirmó que la fiscalía anticorrupción le había transmitido una investigación preliminar sobre Juan Carlos I, sin dar otro tipo de precisión.
La fiscalía del Supremo ya investiga al rey emérito por posible corrupción en el presunto cobro de comisiones vinculadas a la atribución a empresas españolas de un contrato para construir una línea ferroviaria de alta velocidad en Arabia Saudita en 2011.
Según el periódico suizo La Tribune de Genève, el monarca habría recibido en 2008 en una cuenta suiza una transferencia de 100 millones de dólares procedente de la monarquía saudita.
La Casa Real anunció el 3 de agosto que el antiguo jefe de Estado había abandonado el país para “facilitar el ejercicio” de funciones a su hijo y actual rey, Felipe VI.
Juan Carlos, cuya imagen pública se ha visto lastrada por varios escándalos en los últimos años, hizo saber a través de su abogado que seguía a disposición de la justicia.