Una vez más, la realidad logró ser más cruda que cualquier ficción de novela negra. Un licenciado en Psicología y estudiante universitario de Criminología, fue capturado en la localidad británica de Bradford, acusado de ser un asesino en serie.
El “Jack, el destripador” del nuevo milenio, se definió a si mismo como “el caníbal de la ballesta” y su captura, casi accidental, ha conseguido despertar los viejos fantasmas de asesinatos en serie en Inglaterra.
El acusado, Stephen Griffiths, de 40 años de edad, compareció ante la justicia, acusado de matar a tres prostitutas en el norte de Inglaterra, aunque no se descarta que pueda estar vinculado con otras muertes violentas en Bradford, a unos 320 kilómetros al norte de Londres.
Descripto como una persona “rara” y con una forma de vestir “siniestra”, el acusado de cometer los asesinatos se presentó ante la justicia con camisa negra y vaqueros oscuros, y pareció impasible mirando silenciosamente al piso, y al responder a la preguntas lo hacía juntando las manos "como si estuviera rezando", informa el diario “Times” de Londres en su edición en Internet.
En su primera declaración ante el tribunal, Griffiths respondió al pedido de que se identificara, diciendo en forma un tanto balbuceante que era “ehhh … el caníbal de la ballesta", e inmediatamente la prensa sensacionalista británica ha especulado que usó una ballesta para cometer a una de sus víctimas.
La policía detuvo a Griffiths después de que un vecino encontrara restos humanos en una mochila que flotaba en las aguas del cercano río Aire. La víctima que estaba desmembrada fue identificada como Suzanne Blamires, de 36 años, cuyo asesinato fue grabado por cámaras de seguridad. Las otras dos víctimas eran Shelley Armitage, de 31 años, que desapareció en abril, y a Susan Rushworth, de 43, no se le ha visto desde junio pasado.
La nueva serie de crímenes, también ha permitido a la prensa sensacionalista británica recordar el caso de Peter Sucliffe, conocido como el “destripador de Yorkshire”, que asesinó y descuartizó a 13 prostitutas entre 1975 y 1980, especialmente porque tal como ocurre con Stephen Griffiths, Sucliffe también vivía en Bradford.