El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reconoció que Estados Unidos “subestimó” el auge del grupo Estado Islámico y otros grupos extremistas sirios y en cambio “sobrestimó” la capacidad e Irak para combatirlos.
En una entrevista con el programa de CBS 60 Minutos el domingo por la noche, Obama aceptó también que hay una “contradicción” en el hecho de que la campaña militar de Estados Unidos contra esos grupos pueda estar ayudando al dictador sirio Bashar al-Assad, que en un principio era el principal blanco enemigo.
El mandatario justificó su decisión de atacar a los militantes en la peligrosidad que representan el grupo Estado Islámico como el grupo Jorasán, a los que describió como “capaces de matar estadounidenses”.
Obama aseguró que su prioridad es degradar a los extremistas que amenazan a Irak y a Occidente, pero reconoció que derrotarles va requerir una fuerza en tierra competente.
“Por ahora, tenemos una plan de campaña que tiene buenas posibilidades de tener éxito en Irak”, dijo el mandatario. “Siria es una situación más complicada”, matizó.
Durante la mañana, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, cuestionó fuertemente la estrategia trazada por el presidente Obama.
Boehner dijo en el programa This Week de la cadena ABC que Estados Unidos podría “no tener otra alternativa” que enviar tropas estadounidenses si los bombardeos en Irak y Siria no tienen éxito, y si las tropas iraquíes, kurdas y los rebeldes moderados sirios no alcanzan a derrotar a los militantes.
El presidente Obama ha repetido varias veces que no tiene intenciones de enviar tropas más que los 1.600 asesores y tropas especiales que ya ha enviado a Irak.