El presidente Barack Obama dio a conocer una serie de directivas en relación con las actividades de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) con la intención de “refinar el proceso de recolección de señales de inteligencia” y mejorar la supervisión y la transparencia de esa agencia de espionaje.
El presidente reconoció en su discurso que “la recolección y almacenamiento de datos en grandes cantidades crea un potencial abuso” de parte del gobierno, pero también advirtió que no se puede “desarmar unilateralmente” a los servicios de inteligencia porque “las amenazas del terrorismo, la proliferación y los ciberataques no van a desaparecer pronto”.
Obama anunció un “nuevo método” en el que se terminará el actual programa de guardar los metadatos y se establece un mecanismo que mantiene la capacidad necesaria sin que el gobierno se quede con el total de los datos.
Ese método deberá ser trabajado junto con el Congreso.
A la vez advirtió que “nuestras agencias de inteligencia continuarán recolectando información sobre las intenciones de los gobiernos –y no de los ciudadanos comunes—alrededor del mundo, en la misma manera que lo hacen los servicios de inteligencia de otras naciones”.
Sobre las quejas de líderes aliados de que sus conversaciones telefónicas y correos electrónicos eran monitoreados por la NSA, el presidente dijo que ha “dejado en claro a la comunidad de inteligencia que –a menos que haya un convincente propósito de seguridad nacional—no vamos a monitorear las comunicaciones de los jefes de estado y gobierno de nuestros amigos y aliados”.
La orden presidencial establece que la privacidad y las libertades civiles deben ser “consideraciones integrales” en la planeación de las actividades de inteligencia y que los datos recabados deben ser captados “exclusivamente” cuando hay un propósito de inteligencia o contrainteligencia en apoyo a misiones nacionales y no para otros propósitos.
Obama también pidió al Congreso el establecimiento de un panel de defensores públicos que puedan representar los intereses por la privacidad ante la corte especial de Inteligencia.
Obama dijo no esperar que el debate termine con estos cambios, pero sí que “el debate nos hará más fuertes”.
El anticipado discurso del presidente respondió a las 46 recomendaciones hechas por un panel especial de evaluación creado por la Casa Blanca en agosto.
Las filtraciones de Edward Snowden –un excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional—han desatado meses de revelaciones sobre los programas espías clandestinos de Estados Unidos, que recogen indiscriminadamente registros telefónicos y monitorean el internet y otras actividades.
La NSA asegura que Snowden robó 1,7 millones de documentos antes de escapar y asilarse en Rusia. Las autoridades estadounidenses han intentado extraditarle para someterlo a juicio en Estados Unidos bajo cargos de espionaje.
El presidente reconoció en su discurso que “la recolección y almacenamiento de datos en grandes cantidades crea un potencial abuso” de parte del gobierno, pero también advirtió que no se puede “desarmar unilateralmente” a los servicios de inteligencia porque “las amenazas del terrorismo, la proliferación y los ciberataques no van a desaparecer pronto”.
Obama anunció un “nuevo método” en el que se terminará el actual programa de guardar los metadatos y se establece un mecanismo que mantiene la capacidad necesaria sin que el gobierno se quede con el total de los datos.
Ese método deberá ser trabajado junto con el Congreso.
A la vez advirtió que “nuestras agencias de inteligencia continuarán recolectando información sobre las intenciones de los gobiernos –y no de los ciudadanos comunes—alrededor del mundo, en la misma manera que lo hacen los servicios de inteligencia de otras naciones”.
Sobre las quejas de líderes aliados de que sus conversaciones telefónicas y correos electrónicos eran monitoreados por la NSA, el presidente dijo que ha “dejado en claro a la comunidad de inteligencia que –a menos que haya un convincente propósito de seguridad nacional—no vamos a monitorear las comunicaciones de los jefes de estado y gobierno de nuestros amigos y aliados”.
La orden presidencial establece que la privacidad y las libertades civiles deben ser “consideraciones integrales” en la planeación de las actividades de inteligencia y que los datos recabados deben ser captados “exclusivamente” cuando hay un propósito de inteligencia o contrainteligencia en apoyo a misiones nacionales y no para otros propósitos.
Obama también pidió al Congreso el establecimiento de un panel de defensores públicos que puedan representar los intereses por la privacidad ante la corte especial de Inteligencia.
Obama dijo no esperar que el debate termine con estos cambios, pero sí que “el debate nos hará más fuertes”.
El anticipado discurso del presidente respondió a las 46 recomendaciones hechas por un panel especial de evaluación creado por la Casa Blanca en agosto.
Las filtraciones de Edward Snowden –un excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional—han desatado meses de revelaciones sobre los programas espías clandestinos de Estados Unidos, que recogen indiscriminadamente registros telefónicos y monitorean el internet y otras actividades.
La NSA asegura que Snowden robó 1,7 millones de documentos antes de escapar y asilarse en Rusia. Las autoridades estadounidenses han intentado extraditarle para someterlo a juicio en Estados Unidos bajo cargos de espionaje.