El presidente Barack Obama presentó al Congreso su plan de gastos federales de $3,73 billones de dólares que promete ahorrar $1,1 billones a lo largo de 10 años mediante la congelación de ciertas partidas y el aumento de los impuestos.
"El presupuesto que propongo hoy cumple esa promesa de empezar a responsabilizarnos de nuestras deficiencias. Hacemos esto para eliminar gastos innecesarios y recortar todo de lo que se puede prescindir", expresó el presidente.
La Casa Blanca calcula que el déficit del presente año fiscal, que expira el 30 de septiembre, aumentará a $1,65 billones, en parte producto de la reducción impositiva acordada con los republicanos en diciembre.
"Con nuestro presupuesto reducimos el gasto a los niveles más bajos desde Eisenhower, por debajo de lo que lo estuvo en las tres últimas adminsitraciones y será aún menos que en la era Reagan.
Para el próximo año fiscal de 2012, la Casa Blanca cree que la marea de números rojos retrocedería a $1,1 billones de dólares, concediendo al país cuatro años consecutivos de más de un billón de dólares de déficit, toda una marca.
El director presupuestario de Obama, Jacob Lew, dijo que el gasto propuesto por el presidente es un equilibrio entre la reducción del gasto público y un "sacrificio compartido" que a la larga controlará el déficit y "pasará la prueba de que vivimos conforme a nuestras posibilidades e invertimos en el futuro".
“Las últimas semanas he estado recorriendo el país para hablar de lo que necesitamos hacer para ganar el futuro; la necesidad de invertir en innovación, en internet de alta velocidad para que las compañías puedan intercambiar bienes e información a mayor velocidad que nunca y, esta semana, hablaré de la necesidad que tenemos de invertir en educación para que cada ciudadano estadounidense esté equipado para competir con cualquier trabajador en cualquier parte del mundo", señaló Obama.
Funcionarios gubernamentales dijeron que Obama obtendrá dos tercios de su pronosticada reducción del déficit mediante la reducción de gastos, entre ellos la congelación por cinco años de muchos programas nacionales.
El otro tercio de ese ahorro prometido se logrará con el aumento de los impuestos, entre ellos limitando las deducciones fiscales a los estadounidenses más acomodados, propuesta formulada por el presidente el año pasado y rechazada por el Congreso.
El presupuesto de Obama, que seguramente será modificado por el Congreso, gastará 3,73 billones en el año fiscal de 2012, que comienza el primero de octubre, una reducción del 2,4% de lo que calcula Obama será gastado en el presente año fiscal.