“El Flamenco tiene ahora un jugador que es conocido mundialmente”, dijo la presidenta del club más popular de Brasil, Patricia Amorim a Michelle Obama y a sus hijas Sasha y Malia, durante el encuentro que tuvo con la familia presidencia estadounidense, en el campo de fútbol del club.
Tras su comentario, Amorim, quien vestía una camiseta del club, mostró en su espalda el número 10 y el nombre Obama, a lo cual el mandatario inmediatamente preguntó, “¿Es esa mi camiseta?”. La presidenta ddel club respondió que si, se la quito la entregó a Obama
De esta forma, divertida e informal, “con esse jeito carioca de ser” (la forma de ser de los cariocas) se saldó una situación que había generado entredichos, según informó la página de internet del club.
Originalmente, cuando se supo que Obama visitaría la Gavea, el club pidió para entregar la camiseta, o el “manto sangrado” como la define el propio club a su uniforme. La solicitud fue autorizada por la oficina de ceremonial, pero luego la autorización fue revisada.
De todas formas, la presidenta Amorim encontró la forma de que Obama se fuera con la camiseta “rubro-negra” del club más popular de Brasil y uno de los más populares del mundo, donde actualmente juega Ronaldinho Gaucho.
El club definió el encuentro entre Obama y Amorim, como el del “hombre más poderoso del mundo y la presidenta del mejor club del mundo”, el cual según sostiene, “quedará marcado en la historia del centenario del Flamengo”.
"Aquellos inmensos vehículos negros entrados a la cancha, él se bajó y yo le di la bienvenida” relató Amorim. “Le dije que era un placer enorme recibirlo a él y a su familia en nuestra casa. Obama agradeció y me preguntó si yo era la primera mujer presidente del club, le respondí que sí y él me felicitó", contó feliz la titular del Flamengo.