El presidente Barack Obama ordenó al secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson suspender de manera temporal la revisión de las políticas de deportaciones y la revelación de datos que se han desprendido del análisis.
De esta manera, el presidente de Estados Unidos busca limpiar el terreno para que la Cámara de Representantes, liderada por los republicanos, no tenga ningún pretexto para no avanzar en la aprobación de una reforma del sistema de inmigración.
El anuncio lo hizo un portavoz de la Casa Blanca y coincide con la petición que hizo una coalición de grupos que respaldan una reforma integral de las leyes de inmigración para que “dé a los líderes de la Cámara de Representantes el espacio que necesiten” para actuar.
El presidente Obama confía en que pese al estancamiento de un proyecto de ley en la Cámara todavía hay posibilidades que se apruebe una reforma inmigratoria entre junio y julio. De no conseguir nada en esa ventana de tiempo es poco probable que se avance en el tema este año de elecciones de medio término.
Presionado por las críticas por el alto número de deportaciones de inmigrantes indocumentados durante su gobierno -casi dos millones- Obama ordenó a su secretario Johnson revisar las políticas con el objetivo de suavizar los criterios y establecer mecanismo más humanos para evitar la separación de familias.
Johnson no ha revelado qué aspectos específicos estaban revisando y si disminuirían el número de deportaciones, pero los republicanos en la Cámara citaron esta disposición como uno de los aspectos que frenaban la aprobacipon de una reforma de inmigración porque generaba una mayor falta de confianza en el presidente de quien temían podía actuar sin aprobación del Congreso.
De esta manera, el presidente de Estados Unidos busca limpiar el terreno para que la Cámara de Representantes, liderada por los republicanos, no tenga ningún pretexto para no avanzar en la aprobación de una reforma del sistema de inmigración.
El anuncio lo hizo un portavoz de la Casa Blanca y coincide con la petición que hizo una coalición de grupos que respaldan una reforma integral de las leyes de inmigración para que “dé a los líderes de la Cámara de Representantes el espacio que necesiten” para actuar.
El presidente Obama confía en que pese al estancamiento de un proyecto de ley en la Cámara todavía hay posibilidades que se apruebe una reforma inmigratoria entre junio y julio. De no conseguir nada en esa ventana de tiempo es poco probable que se avance en el tema este año de elecciones de medio término.
Presionado por las críticas por el alto número de deportaciones de inmigrantes indocumentados durante su gobierno -casi dos millones- Obama ordenó a su secretario Johnson revisar las políticas con el objetivo de suavizar los criterios y establecer mecanismo más humanos para evitar la separación de familias.
Johnson no ha revelado qué aspectos específicos estaban revisando y si disminuirían el número de deportaciones, pero los republicanos en la Cámara citaron esta disposición como uno de los aspectos que frenaban la aprobacipon de una reforma de inmigración porque generaba una mayor falta de confianza en el presidente de quien temían podía actuar sin aprobación del Congreso.