El presidente Barack Obama dijo este lunes haber discutido con el mandatario ruso, Vladimir Putin, la situación en Siria y que ambos están de acuerdo en "acabar con el baño de sangre" y en “la necesidad de ver el cese de la violencia" en ese país.
Obama, quien se reunió con Putin durante casi dos horas antes del inicio de la Cumbre del G-20 en Los Cabos, México, señaló que EE.UU. y Rusia apoyan la implementación de un proceso político en Siria “para prevenir la guerra civil”.
Según dijo, ambos se comprometieron a “trabajar con otros actores internacionales, incluida Naciones Unidas, y con el enviado especial para Siria del organismo mundial, Kofi Annan.
El presidente de EE.UU. calificó de “francas y amables” las conversaciones con Putin, las primeras que ambos tienen cara a cara después de que éste asumió otra vez como presidente de Rusia a principios del mes pasado.
Tras el encuentro con Obama al margen de la cumbre de las grandes potencias y las economías emergentes del G20, Putin dijo que Washington y Moscú tienen “muchos puntos en común” sobre la crisis en Siria, sin entrar en detalles.
A pesar de las presiones ejercidas por EE.UU. y otras naciones europeas, Rusia ha vetado reiteradamente en el Consejo de Seguridad de la ONU resoluciones de condena a Damasco, y Washington ha acusado a Moscú de armar al régimen sirio de Bashar al Assad.
Respecto a Irán, otro de los temas incluido en las conversaciones, ambos mandatarios pidieron a Teherán que respete "completamente" sus compromisos en materia nuclear, en momentos en que en Moscú tienen lugar negociaciones cruciales en las que no se vislumbra aún una salida.
"Estamos de acuerdo en que Irán debe emprender serios esfuerzos para recuperar la confianza internacional acerca de la naturaleza exclusivamente pacífica de su programa nuclear” señalaron Obama y Putin en un comunicado.
Al término de la reunión, el presidente ruso agradeció a EE.UU. su ayuda para que Moscú pudiera ingresar en diciembre pasado a la Organización Mundial de Comercio.
Por su parte, el presidente estadounidense dijo que trabajará junto con el Congreso para reforzar los nexos comerciales de los dos países, y que aun cuando ambos estén en desacuerdo en algunos asuntos, hay que “hallar vías constructivas para manejar cualquier tensión bilateral”.
Obama, quien se reunió con Putin durante casi dos horas antes del inicio de la Cumbre del G-20 en Los Cabos, México, señaló que EE.UU. y Rusia apoyan la implementación de un proceso político en Siria “para prevenir la guerra civil”.
Según dijo, ambos se comprometieron a “trabajar con otros actores internacionales, incluida Naciones Unidas, y con el enviado especial para Siria del organismo mundial, Kofi Annan.
El presidente de EE.UU. calificó de “francas y amables” las conversaciones con Putin, las primeras que ambos tienen cara a cara después de que éste asumió otra vez como presidente de Rusia a principios del mes pasado.
Tras el encuentro con Obama al margen de la cumbre de las grandes potencias y las economías emergentes del G20, Putin dijo que Washington y Moscú tienen “muchos puntos en común” sobre la crisis en Siria, sin entrar en detalles.
A pesar de las presiones ejercidas por EE.UU. y otras naciones europeas, Rusia ha vetado reiteradamente en el Consejo de Seguridad de la ONU resoluciones de condena a Damasco, y Washington ha acusado a Moscú de armar al régimen sirio de Bashar al Assad.
Respecto a Irán, otro de los temas incluido en las conversaciones, ambos mandatarios pidieron a Teherán que respete "completamente" sus compromisos en materia nuclear, en momentos en que en Moscú tienen lugar negociaciones cruciales en las que no se vislumbra aún una salida.
"Estamos de acuerdo en que Irán debe emprender serios esfuerzos para recuperar la confianza internacional acerca de la naturaleza exclusivamente pacífica de su programa nuclear” señalaron Obama y Putin en un comunicado.
Al término de la reunión, el presidente ruso agradeció a EE.UU. su ayuda para que Moscú pudiera ingresar en diciembre pasado a la Organización Mundial de Comercio.
Por su parte, el presidente estadounidense dijo que trabajará junto con el Congreso para reforzar los nexos comerciales de los dos países, y que aun cuando ambos estén en desacuerdo en algunos asuntos, hay que “hallar vías constructivas para manejar cualquier tensión bilateral”.