La elección presidencial de Estados Unidos decidirá si el programa de salud introducido por Barack Obama, mejor conocido como "Obamacare", será derogado o retenido.
Si Donald Trump gana, comenzará su desintegración. Si Hillary Clinton llega a la Casa Blanca, será fácil ignorar los llamados republicanos para derogar la ley que lo creó.
El día de las elecciones de noviembre será el día en el que se levantará el telón del último acto del drama político sobre la reforma del sistema de salud estadounidense.
La ley que reformó el sistema de salud fue promulgada por Obama el 23 de marzo de 2010 y la Corte Suprema federal la ratificó el 29 de junio de 2012.
Los republicanos comenzaron a llamarla burlonamente "Obamacare" (un híbrido de Obama y Medicare, el seguro médico para personas de 65 años o más), pero el término ha dejado de ser peyorativo.
Si Trump gana las elecciones, ello podría marcar el fin de la iniciativa pues "tenemos la obligación con las personas que votaron por nosotros de proceder con 'derogar y sustituir''', aseguró el senador John Barrasso, republicano por Wyoming.
Pero si gana Clinton, la propuesta se mantendrá porque "simplemente no habrá manera creíble para seguir hablando de la derogación", dijo el director ejecutivo de la organización Families USA Ron Pollack, un defensor de la ley.