El obispo de la iglesia católica de Estados Unidos Robert Finn fue acusado en un escándalo de encubrimiento de abuso sexual de larga data por parte de un sacerdote de la diócesis a su cargo.
De esta forma, el obispo Finn, de Kansas City, se convierte en la autoridad eclesiástica de más alto rango dentro de la jerarquía del catolicismo, en ser enjuiciado en Estados Unidos en un caso de presunto abuso sexual infantil, informaron fuentes judiciales.
Según las autoridades judiciales, el obispo tuvo conocimiento de la existencia de imágenes de pornografía infantil en la computadora portátil del reverendo Shawn Ratigan en el año 2010, pero no lo notificó a las autoridades hasta cinco meses después.
Las autoridad sostienen que Finn tenía suficientes elementos para sospechar que había niños que eran víctimas de abusos después de haber visto las imágenes en la computadora portátil de Ratigan.
El obispo Finn se declaró no culpable y emitió una declaración diciendo que enfrentará los cargos con “firme resolución y una defensa vigorosa".
Antes de que Finn fuera acusado este viernes, nunca antes un obispo católico había recibido acusaciones criminales por encubrir este tipo de crímenes.
De ser hallado culpable, el prelado enfrenta una pena máxima de un año de cárcel y una multa de $1.000.
La diócesis católica de Kansas City-St. Joseph, en Missouri, que encabeza Finn, fue también acusada por no informar sobre las sospechas de abuso de menores.
El abogado del prelado, Gerald Handlet, dijo en una declaración que "el obispo Finn niega cualquier acto criminal y ha cooperado a todos los niveles con la ley, el gran jurado y la oficina de la fiscalía".
Un informe dado a conocer hace seis meses por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, reveló que los escándalos sexuales de las últimas décadas han costado unos $1.800 millones de dólares a la iglesia en todo el país.