Este sábado, Estados Unidos anunció el fin de su participación en el Pacto Mundial sobre Migración de las Naciones Unidas una vez inicie el 2018, informó el departamento de Estado en un comunicado.
La participación de Estados Unidos en la iniciativa, inició en 2016 con la administración del entonces presidente Barack Obama, cuando 193 países miembros de la Asamblea General de la ONU, decidieron unirse a la declaración de Nueva York de las Naciones Unidas sobre el asunto migratorio que compromete a las naciones firmantes velar por los derechos de los refugiados, ayudarlos a reasentarse y garantizar su acceso a la educación y el trabajo.
El anuncio del retiro de Estados Unidos del pacto, se produjo horas antes de la inauguración de una conferencia mundial sobre migración, programada para el lunes en Puerto Vallarta, México. El objetivo de la reunión es la negociación de estrategias humanitarias para tratar con los más de 60 millones de personas en todo el mundo que han sido desplazadas por diversas razones.
La revista Foreign Policy, informó que la decisión del presidente de retirarse de las negociaciones "destacó la influencia de Stephen Miller, asesor político de la Casa Blanca de 32 años que ha defendido los esfuerzos de la administración Trump para restringir drásticamente la inmigración a los EE.UU."
La revista además informó que el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, y el fiscal general Jeff Sessions "respaldaron firmemente la retirada".
Y precisó que la Embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, se opuso a la retirada. Según Foreign Policy, la diplomática consideró que EE. UU. podrían influir en las negociaciones globales sobre migración si participaba en la reunión de México, pero sus posiciones fueron "rechazadas por el presidente".
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley, luego en un comunicado indicó que Estados Unidos se "enorgullece de lo que el país ha hecho con la población inmigrante (...) Ningún país ha hecho más que los Estados Unidos, y nuestra generosidad continuará. Pero nuestras decisiones sobre políticas de inmigración siempre deben tomarlas los estadounidenses ".
"Decidiremos cómo controlar mejor nuestras fronteras y a quién se le permitirá ingresar a nuestro país. El enfoque global en la Declaración de Nueva York simplemente no es compatible con la soberanía de Estados Unidos ", precisó Haley sobre el acuerdo.