Los venezolanos que huyen del empeoramiento de la crisis en su país merecen protección como refugiados, dijo la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en nota de orientación actualizada publicada el martes.
El texto insta a otros estados a no deportarlos ni obligarlos a regresar.
Unos 3,7 millones de venezolanos han abandonado Venezuela, la mayoría desde 2015, indicó la ONU. "Es increíblemente importante que, dada la situación en Venezuela, no haya deportaciones, expulsiones o regresos obligados", dijo la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Liz Throssell, en una conferencia de prensa.
La publicación de ACNUR reitera su llamado a los Estados para que permitan "el acceso de los venezolanos a su territorio y la provisión de protección y estándares adecuados, destacando la necesidad fundamental de seguridad y libertad de las personas que se ven obligadas a huir para salvar sus vidas".
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El texto indica que a finales de 2018, alrededor de 460.000 venezolanos y venezolanas solicitaron formalmente asilo en el extranjero, en su mayoría en los países vecinos en América Latina.
Además, reconoce que el éxodo venezolano "plantea problemas complejos" y recomienda que la decisión no se tome "de manera individualizada" sino en forma "de reconocimiento grupal".
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El documento de la ACNUR sostiene que para ciertos perfiles de venezolanos y venezolanas en situación de riesgo, se aplica la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
"En cualquier caso, la mayoría de venezolanos y venezolanas están en necesidad de protección internacional, de acuerdo con la definición ampliada de refugiado según la Declaración de Cartagena sobre Refugiados de 1984 que se aplica en América Latina. Esto porque su vida, seguridad o libertad se vieron amenazadas por circunstancias que están perturbando gravemente el orden público en Venezuela", advierte ACNUR.
Tanto ACNUR como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), han jugado un importante papel en la actual crisis migratoria de Venezuela, que es parte de una severa crisis política, económica y social.
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El texto reitera el compromiso de continuar "trabajando con los Gobiernos, otras agencias de las Naciones Unidas y otras organizaciones con las que colabora para responder a las necesidades básicas y de protección de los refugiados y migrantes venezolanos".