Partidos de la oposición están pidiendo una investigación sobre una misteriosa reunión entre la vicepresidente de Venezuela Delcy Rodríguez y un alto funcionario del gobierno de España celebrada en la noche del 20 de enero, en el aeropuerto madrileño de Barajas.
Esta solicitud se basa en la creencia de que este encuentro socavó las sanciones europeas contra el gobierno en disputa de Nicolás Maduro.
Durante una atormentada sesión parlamentaria, algunos legisladores exigieron que el ministro de Transporte José Luis Abalos explique qué discutió en su reunión con Rodríguez, quien junto a otros 24 funcionarios venezolanos tienen prohibida la entrada a la Unión Europea.
Ábalos reconoció haber orquestado la breve escala de Rodríguez cuando su avión aterrizó en España camino de Turquía. El gobierno argumenta que está buscando negociar la organización de unas elecciones democráticas en Venezuela y que la reunión durante la estadía en tránsito fue diseñada para evitar un incidente diplomático.
“Logró no crear un problema en la esfera diplomática con un gobierno con el cual queremos promover elecciones sin golpes de Estado”, dijo Ábalos, haciéndose eco de los reiterados llamados del primer ministro Pedro Sánchez a elecciones “lo antes posible”.
Violación a las sanciones europeas
Sin embargo, Eliott Abrams, enviado especial del Departamento de Estado de Estados Unidos para Venezuela, le dijo al diario español ABC que la reunion violó las sanciones europeas que prohíben a funcionarios venezolanos entrar a territorio europeo, incluyendo su espacio aéreo.
El funcionario estadounidense, además, llamó a los medios españoles y al Congreso a que investigaran la escala de Rodríguez en Madrid.
Desde que se filtró la celebración de esta reunión, Ábalos ha ofrecido diversas versiones del encuentro. Después que inicialmente dijera que la reunión consistió de un saludo casual, más tarde admitió que hablaron durante 20 minutos a bordo del avión.
Una segunda reunión
Sin embargo, medios españoles han reportado que Ábalos y Rodríguez sostuvieron una segunda reunión de una hora de duración en el salón VIP del aeropuerto.
El incidente ha aumentado las suspicacias entre la oposición conservadora de que el gobierno socialista podría estarse retractando de su previo apoyo a la oposición democrática venezolana.
Sánchez estuvo entre los primeros líderes europeos en reconocer al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, pero desde entonces ha formado una nueva coalición política que se apoya en el partido izquierdista Podemos, que tiene viejos lazos con Maduro.
Sánchez, en una decisión controvertida, no se reunió durante su gira por Europa con Guaidó, quien es reconocido como presidente encargado por EE.UU. y más de 60 países. El presidente de la Asamblea opositora sí fue recibido por los líderes de Inglaterra, Francia, Alemania y otras naciones.
Motivos cuestionables
El aparente desaire, el cual fue atribuido a conflictos de agenda, motivó una sutil crítica de Washington. “No conocemos los motivos del presidente Sánchez, pero urgimos a los jefes de gobierno a reunirse con el presidente interino para que conozcan de primera mano lo que está ocurriendo en el terreno”, dijo Carrie Filipetti, la subsecretaria de Estado para Cuba y Venezuela.
A pesar de esa preocupación, el presidente Donald Trump elogió la “cercana amistad e historia compartida” entre los EE.UU. y España, al anunciar una próxima visita de Estado a Washington del Rey Felipe y su esposa, que tendrá lugar el 21 de abril.