Nicaragua explora nuevos mercados y parece empezar con el gigante asiático de China, su nuevo aliado con el que se negocia un Tratado de Libre Comercio (TLC) el cual pretende suscribirse a más tardar en 2023.
Según expertos consultados por la Voz de América con esto el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, quien lleva 15 años en el poder, lejos de mejorar la economía, busca paliar las sanciones que Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional han aplicado al mandatario y a su círculo, a quienes señalan de violación a los derechos humanos y de socavar la democracia.
Pero también –sostienen los expertos—Ortega busca “crear una ilusión social en su base ante la realidad económica que se vive” en el país centroamericano que enfrenta una de sus peores crisis políticas durante los últimos 30 años.
Según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN) la economía del país–uno de los más pobres de la región—creció cerca de un 10 %, en 2021, luego de tres años de decrecimiento, y de migración masiva, pero analistas aseguran que en parte se debe al aumento significativo de remesas.
Solo en 2021 las remesas representaron un 16 % más en relación al año anterior, lo que representa un 17 % del producto interno bruto de Nicaragua.
El sociólogo nicaragüense Oscar René Vargas, cofundador del gobernante Frente Sandinista es hoy en día una de las voces más críticas a Ortega. Vargas dijo a la VOA que un nuevo tratado comercial no genera expectativas y que más bien el anuncio de esto busca calmar a las bases del gobierno que a lo interno muestran una inconformidad social.
“Para transformar un país se requiere transformar la estructura productiva de un país. Ortega lo que está haciendo es vendiendo la ilusión a la población de que ese tratado es un puente hacia el progreso”, sostiene Vargas.
Parsifal D'Sola, director ejecutivo de la Fundación Andrés Bello, especializado en temas de China en Latinoamérica asegura que en la región existen tres tratados de libre comercio con el gigante asiático; Perú, Chile y Costa Rica.
D'Sola sostiene que aunque a ciencia cierta, no existen estudios donde se haga una evaluación ya sea positiva o negativa a raíz de la firma de estos tratados de libre comercio, todo indica que no mucho cambió.
“Los tratados de libre comercio, si bien se venden como una especie de panacea que va a abrir las puertas del mercado chino, no resulta ser del todo cierto”, indica el experto.
“Y lo vemos en el caso de Costa Rica, pero lo mismo viene siendo en el caso de Perú y en el caso de Chile, donde las industrias que se han visto beneficiadas son las industrias tradicionales”.
En Costa Rica a una década de la firma del TLC con China, las relaciones "no han sido lo exitosas comercialmente que hemos querido”, dijo en su momento a la VOA el entonces vicecanciller de ese país, Christian Guillermet.
Y eso se reflejan en las estadísticas de 2021 que muestran que las exportaciones de Costa Rica todavía siguen siendo en su mayoría el principal destino América del Norte; seguido de América Central, luego Europa y finalmente Asia.
¿Interés político de China?
Los expertos también descartan algún interés extraordinario de China con Managua dado a que “es un país pequeño y no hay mucho que pueda hacer China al respecto o en cuanto a su influencia económica o política en el país”.
“Veremos, sin duda, un incremento en la participación de ciertas compañías. Yo estimo que estas compañías serán más que todo estatales, sin embargo, los proyectos que caracterizaron las relaciones entre China y muchos países de la región en la década del 2000 y la década pasada, ya tienden a haber quedado en el pasado”, comenta Parsifal D'Sola.
Además comparte que hay una curva de aprendizaje por parte de las empresas chinas de no exponerse tanto en mercados o países altamente inestables política y económicamente.
“Esto lo digo más que todo por el caso de Venezuela donde los resultados de la participación de las empresas chinas fueron catastróficos, no hubo resultados tangibles para ninguna de las partes involucradas y creo que eso en parte ha sido una lección que aprendieron tanto las altas autoridades en Beijing como la banca y la empresa estatal”.
El experto considera que la posibilidad de que Managua sustituya a Estados Unidos por China como su principal socio comercial es algo difícil porque “esto no ha sucedido en Latinoamérica, también en varios países de África, donde todos estos macroproyectos de infraestructura o estos grandes préstamos que caracterizaban la relación [con China], prácticamente quedaron en el pasado.
Por su parte Benjamin Gedan, director de The Wilson Center, con sede en Washington, manifiesta que Nicaragua “comprensiblemente está ansiosa por diversificar sus relaciones económicas” debido a las sanciones estadounidenses y por eso busca la economía China.
Nicaragua vende cerca del 60 % de sus exportaciones a Estados Unidos, incluidos casi 2.000 millones de dólares al año en prendas de vestir, según cifras oficiales. En ese aspecto Gedan considera que China tendrían poco interés en reemplazar las ventas perdidas a Estados Unidos.
“El régimen de Ortega se está perdiendo una importante tendencia mundial, la migración de fábricas de Asia a América Latina. Su tratado de libre comercio con Estados Unidos lo convertiría en un destino obvio para estas empresas, pero Ortega ha ahuyentado a los inversores reprimiendo despiadadamente a la disidencia”, dice Gedan a la VOA.
“Las negociaciones comerciales con China pueden dar la impresión de que Nicaragua no está totalmente aislada, pero no reducirán la dependencia de Nicaragua del mercado estadounidense ni el daño económico de su desastroso liderazgo”, concluye.
Por su parte, el gobierno de Ortega asegura estar a la expectativa del posible tratado de libre comercio y manifiesta que "es el inicio de las relaciones" con China.
De momento China y Nicaragua han firmado un "Acuerdo de Cosecha Temprana" el cual aseguran que busca identificar los productos que se exportarán al país asiático con aranceles preferenciales.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en las redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram