Después de 10 días de estar detenidos sin informarse la razón, el gobierno del presidente Daniel Ortega liberó a los productores musicales Salvador Espinoza y Xóchilt Tapia Reyes, con la condición de salir del país, informaron fuentes bajo el anonimato.
Los artistas fueron arrestados junto a otro grupo más de músicos, en vísperas de los cuatro años de manifestaciones antigubernamentales que dejaron más de 300 muertos.
Según medios locales, algunos de los detenidos habían participado en un evento donde se mencionó ligeramente abril, que fue el mes que se desataron las manifestaciones hace cuatro años.
Previo a la conmemoración de las protestas, el gobierno empezó una nueva ola de allanamientos, y detenciones contra los pocos críticos que quedaban en el país con el fin de exterminar cualquier demanda de justicia por las víctimas de la represión.
Eso incluyó asedio a familiares de los muertos de 2018; así como líderes sociales y artistas musicales.
“Es una muestra de que nada está normal. Es la intolerancia de la dictadura. No soportan que derechos inalienables al ser humano se puedan manifestar, como el simple hecho de un artista que cante sus canciones, o que un artista gráfico muestre sus pinturas independientemente que sean a favor o en contra de ellos”, expresó a la Voz de América el compositor nicaragüense Mario Rocha, quien se encuentra exiliado en Costa Rica.
Según el periódico La Prensa, ya suman cinco los artistas expulsados del país, algunos de ellos nicaragüenses, violando sus derechos constitucionales, según los expertos consultados.
Norma Rivera, madre de Salvador Espinoza, uno de los músicos expulsados escribió en su cuenta de Facebook que debido a la persecución contra los artistas, la familia completa salió del país y “está fuera de las garras tiránicas y dictatoriales que avasalla y oprime al pueblo nicaragüense”.
“(Fueron) 10 días de angustia, 10 días de tortura. Duele el alma de pensar a los hijos encerrados sin saber nada del estado físico y sicológico en el que se encuentran. Yo tenía pánico. No tenía ninguna noticia sobre cómo podrían estar Salvador y Xochitl”, escribió Rivera al respecto.
Además denunció que “Nicaragua, es una gran cárcel en la que mucha gente está presa en sus casas, en sus trabajos, en su dolor, en su luto, en sus lágrimas, en su impotencia”.
“La familia completa ya está fuera de las garras tiránicas y dictatoriales que avasalla y oprime al pueblo nicaragüense. A toda la familia y amistades que nos acompañaron a lo largo de esta pesadilla, gracias”, agregó la madre.
Gobierno había advertido sobre escalada
Aunque el gobierno nicaragüense no se ha pronunciado sobre las detenciones, la vocera y vicepresidenta del país, Rosario Murillo había advertido que no permitiría ningún tipo de protestas "que alteraran la paz" en Managua.
"¡Qué nadie se atreva a alterar la paz y el derecho a la tranquilidad, a la seguridad y a construir bienestar todas las familias nicaragüenses! ¡Qué nadie se atreva!", manifestó la vicepresidenta en tono amenazante durante los cuatro años de protestas antigobierno.
Nicaragua vive una grave crisis de derechos humanos desde abril de 2018. Organizaciones estiman más de 300 muertos a causa de la represión estatal.
El gobierno ha dicho que las manifestaciones fueron un intento de golpe de Estado contra el mandato de Daniel Ortega, quien lleva más de quince años en el poder.
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