En medio de la tensión generada por el asesinato a tiros del diputado Valentín Leal Caal y su hermano a pocas calles del Congreso, el ex general Otto Pérez Molina, presidente electo en la segunda vuelta electoral realizada el pasado 6 de noviembre en Guatemala, fue investido este sábado como nuevo mandatario del país.
Pérez Molina se reunió antes de su investidura con los presidentes Juan Manuel Santos, de Colombia, y Felipe Calderón, de México, para hablar de cooperación en materia de seguridad, una de las prioridades para su gobierno y tema en el cual ambos gobernantes le ofrecieron su apoyo.
"Me alegra mucho la presencia de ellos porque los dos países han sido insignias en la lucha contra el narcotráfico", dijo Pérez Molina.
El nuevo presidente afirmó que Santos y Calderón le ofrecieron el envío de equipos y capacitación para los agentes guatemaltecos y que, por su parte, él les brindará garantías de seguridad jurídica para que los empresarios mexicanos y colombianos continúen invirtiendo en Guatemala.
El nuevo líder guatemalteco también se reunió con el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, quien entre otros dignatarios asistió a su investidura.
Pérez Molina sucede en la Presidencia de Guatemala al socialdemócrata Álvaro Colom que fue nombrado Embajador de la Paz.
El ex general recibe un país sumido en la pobreza y la inseguridad. Según datos de la ONU, Guatemala tienen el índice más alto de desnutrición infantil pues uno de cada dos niños carece de alimentos básicos y al menos el 50% de los habitantes se encuentra en la pobreza.
Además, el país tiene un promedio de 16 muertes diarias y una tasa anual de 38 homicidios por cada 100 mil habitantes.
La cancillería guatemalteca invitó a la ceremonia de posesión del nuevo mandatario a cerca de 5.300 invitados de al menos cien países.
