El papa Francisco exhortó a los jóvenes a rechazar el materialismo en la primera misa de su histórico viaje a Corea del Sur a la que asistieron unos 50.000 católicos.
El rápido crecimiento económico de Corea del Sur ha llevado al país a convertirse en una de las naciones más ricas del mundo, pero también ha profundizado la desigualdad en su población. En la actualidad casi la mitad de los ancianos del país son pobres.
“Ojalá que rechacen los inhumanos modelos económicos que crean nuevas formas de pobreza y marginalizan a los trabajadores, y la cultura de la muerte que devalúa la imagen de Dios, el Dios de la vida, y viola la dignidad de cada hombre, mujer y niño”, dijo el Papa.
El servicio religioso se realizó en el Estadio de la Copa Mundial en Daejon, donde Francisco fue recibido con gritos de “Viva el Papa Francisco” y un gigantesco retrato de sí mismo.
El Pontífice se reunió antes de la misa con familiares de las víctimas del ferry. En el encuentro, un padre que perdió a su hija en el desastre, le pidió que lo bautizara en la fe católica, algo que el Papa aceptó y lo hará en Seúl, el sábado.
Al final de la misa, el Pontífice también pidió por las 300 víctimas del desastre del ferry surcoreano que se hundió en abril, y por sus familias.
Por otro lado, en sus comentarios más específicos sobre la división de la Península coreana, Francisco dijo que ambas naciones deben tratar de unirse como una familia “sin vencedores ni vencidos”.
En respuesta a una pregunta de una niña durante una reunión con jóvenes por el Día de la Juventud Asiática, el papa argentino pidió “rezar por nuestros hermanos del Norte…Ellos hablan el mismo idioma y cuando en una familia se habla el mismo idioma hay una esperanza humana” dijo e instó a “no desesperar”.
El Pontífice realiza una visita de 5 días a Corea del Sur, la primera que hace un líder de la iglesia católica a la nación asiática en 25 años.
