Una multitud estimada en medio millón de personas soportaron lluvia y frío en espera del papa Francisco en el parque Bicentenario de Quito, Ecuador, donde oficiará la segunda misa al aire libre de su gira por Sudamérica
Después de la misa, el papa tiene programadas reuniones con obispos, grupos indígenas y estudiantes, además de una visita a una famosa iglesia jesuita.
El lunes, el papa de 78 años oficio una misa bajo el abrasador sol de Guayaquil, en la costa, donde ofreció oraciones y elogios para las familias como como núcleo de la sociedad y las describió como "es el hospital más cercano, la primera escuela de los niños... el mejor asilo para los ancianos".
Cada día, dijo, se producen milagros por amor en el seno de la familia, pero en ocasiones el amor y la felicidad se acaban.
"¿Cuánta mujer sola y entristecida se pregunta cuándo el amor se fue, se escurrió de su vida?", preguntó. "¿Cuántos ancianos se sienten dejados fuera de la fiesta de sus familias, arrinconados y ya sin beber del amor cotidiano?".
Francisco también uso su homilía para referirse al segundo sínodo sobre vida familiar, previsto para octubre, en el que dijo esperar que se puedan encontrar soluciones específicas las dificultades que se enfrentan en temas como el divorcio y la homosexualidad.
“Les pido orar por esta intención”, dijo el papa, “de manera que Cristo pueda tomar lo que podría parecernos impuro, escandaloso o amenazador, y convertirlo en un milagro. Las familias de hoy necesitan milagros”.
Después de la misa, Francisco almorzó con un grupo de jesuitas en una escuela cercana, se reunió con el padre Francisco Cortés, más conocido como Padre Paquito, hizo una visita cortesía de 50 minutos al presidente, Rafael Correa, en el palacio presidencial yrezó en la Catedral de Quito.
