Miles de personas esperaban desde la madrugada del sábado un mensaje alentador del Papa Francisco en una playa en el norte de Perú, una región que fue devastada por fuertes lluvias el año pasado.
En el balneario de Huanchaco, vecino de la ciudad de Trujillo, muchos acamparon en carpas y en sacos de dormir en medio de un ambiente de fiesta para escuchar de cerca al Sumo Pontífice, que realiza una visita de cuatro días a Perú.
“Hemos llegado a Trujillo desde Piura, no te imaginas el entusiasmo tan grande con el que recibimos al Papa. La fe es tan grande que nos hace olvidar el frío y el cansancio en esta vigilia”, dijo Roger Montañez, de 56 años, mientras se cubría con una frazada para abrigarse y protegerse de la brisa del mar.
Mujeres, hombres y niños, que incluso llegaron desde otras regiones del norte del país, entonaban canciones religiosas agitando fotos de Francisco y aplaudiendo, mientras otros con guitarras tocaban temas alusivos al Papa argentino.
Trujillo, capital de la región norteña de La Libertad, fue golpeada por grandes inundaciones luego de que seis deslaves de lodo y piedras cayeron en menos de una semana sobre barrios y balnearios a inicios del 2017, dejando a decenas de miles de personas sin casa y unos 20.000 damnificados por toda la zona.
El desastre natural fue causado por el fenómeno climático llamado Niño Costero, un calentamiento mayor a lo previsto del mar del Océano Pacífico que genera intensas lluvias en la costa central de Sudamérica.
Francisco llegó a Perú el jueves para una visita de cuatro días, en su última escala tras viajar a Chile.
En la víspera, el primer Papa latinoamericano estuvo en la ciudad amazónica Puerto Maldonado, en la región Madre de Dios, donde realizó una encendida defensa de los pueblos nativos y del medio ambiente al afirmar que los grandes negocios y “la avidez del consumo” no deben destruir su hábitat natural.
Tras la misa en Huanchaco, que se prevé será masiva, Francisco se dirigirá al barrio pobre de Buenos Aires, una de las zonas más golpeadas por las inundaciones. Allí, cientos de personas con banderas blancas y amarillas se apostaban desde temprano en las avenidas que recorrerá el pontífice en su papamóvil.
La plaza central de Trujillo lucía desde la noche anterior muy iluminada y decorada de flores multicolores para recibir a Francisco, donde se realizará más tarde un encuentro con devotos de la Virgen de la Puerta, considerada como una milagrosa patrona del norte del país.
“El Papa Francisco es muy importante para nosotros, queremos escuchar su mensaje, su palabra, para que nos dé la fuerza que necesitamos para seguir luchando y sacar adelante a nuestras familias”, dijo Ana María Aguilar, una mujer de 27 años y madre de dos niños, que esperaba al pontífice.
El Papa, cuyo nombre secular es Jorge Bergoglio, se reunirá además el sábado en Trujillo con sacerdotes, seminaristas y religiosos, para regresar más tarde a la capital de Perú.
La última vez que un Papa estuvo en Perú, un país históricamente conservador y mayormente católico, fue hace tres décadas. El fallecido Juan Pablo II estuvo en la nación andina en 1985 para una visita apostólica y en 1988 para un Congreso Eucarístico.
Reuters