El Papa Francisco se reunirá el jueves con los líderes de la Iglesia Católica de Estados Unidos que quieren discutir las consecuencias de un escándalo que involucra a un ex cardenal estadounidense y demadas por parte de un arzobispo de que el pontífice dimita.
El cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), solicitó la reunión después de que el arzobispo Carlo María Vigano acusara al Papa de saber durante años sobre la mala conducta sexual del excardenal Theodore McCarrick y no hacer nada al respecto.
El Vaticano dijo en un comunicado que el Papa se reuniría el jueves con DiNardo, el cardenal Sean Patrick O'Malley de Boston y dos funcionarios de la USCCB.
En la declaración de 11 páginas publicada el 26 de agosto, Vigano, el exembajador del Vaticano en Washington, lanzó una andanada sin precedentes de un miembro de la Iglesia contra el Papa y una larga lista de funcionarios del Vaticano y de la iglesia en Estados Unidos.
DiNardo ha dicho que las acusaciones de Vigano "merecen respuestas que sean concluyentes y basadas en pruebas".
Por otro parte, un importante funcionario del Vaticano dijo que el escándalo de abuso sexual de clérigos es una catástrofe tan importante para la Iglesia Católica que lo llamó el "propio 11 de septiembre" de la iglesia en el 17mo aniversario de los ataques en los Estados Unidos.
El arzobispo Georg Gaenswein, uno de los principales ayudantes del Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco, dijo en una presentación de un libro el martes que de ninguna manera comparaba el escándalo con las casi 3.000 personas asesinadas en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.
Sin embargo, afirmó que el escándalo de años y las recientes revelaciones del informe del gran jurado de Pensilvania mostraban exactamente "cuántas almas han sido heridas de manera irrevocable y mortal por sacerdotes de la Iglesia Católica".
