El Papa Francisco pidió a los líderes del G-20 reunidos en Rusia que desistan de “cualquier pretensión de una solución militar” en Siria, y el Vaticano convocó a los embajadores de todo el mundo acreditados en la Santa Sede para precisarles la postura del Sumo Pontífice.
Según el portavoz del Papa, Federico Lombardi, la misiva fue dirigida al presidente ruso Vladimir Putin en calidad de anfitrión de la cumbre del G-20 que se desarrolla en San Petersburgo, y en ella condena las "matanzas inútiles" en Oriente Medio y se pronuncia contra cualquier tipo de solución armada en Siria.
El Papa lamentó que “demasiados intereses” hayan impedido hasta ahora evitar “la inútil masacre a la que estamos asistiendo”, e hizo a todos los jefes de Estado del G-20 una sentida apelación "para que ayuden a encontrar vías para superar los diferentes enfrentamientos y abandonen cualquier pretensión de una solución militar”.
La reunión con los embajadores es parte de una vasta ofensiva diplomática emprendida por el Papa contra un eventual ataque de EE.UU. y otras potencias a Siria y que incluye la convocatoria a una jornada de ayuno y oración el sábado 7 de septiembre en todo el mundo.
Para dar fuerza a esa jornada el Santo Padre presidirá el mismo día una vigilia de cuatro horas por la paz en la Plaza de San Pedro, en Roma, a la cual quiere asistir el gran muftí y líder espiritual sunita en Siria, Ahmad Badredin Hasu, según informó Fides, la agencia de noticias del Vaticano.
En anticipo a la amplia campaña desplegada incluso en las redes sociales por la Santa Sede contra la guerra en Siria, el Papa reunió el sábado pasado a sus más estrechos colaboradores para analizar la crisis y al día siguiente hizo un dramático llamado contra cualquier ataque extranjero a ese país.
Según el portavoz del Papa, Federico Lombardi, la misiva fue dirigida al presidente ruso Vladimir Putin en calidad de anfitrión de la cumbre del G-20 que se desarrolla en San Petersburgo, y en ella condena las "matanzas inútiles" en Oriente Medio y se pronuncia contra cualquier tipo de solución armada en Siria.
El Papa lamentó que “demasiados intereses” hayan impedido hasta ahora evitar “la inútil masacre a la que estamos asistiendo”, e hizo a todos los jefes de Estado del G-20 una sentida apelación "para que ayuden a encontrar vías para superar los diferentes enfrentamientos y abandonen cualquier pretensión de una solución militar”.
La reunión con los embajadores es parte de una vasta ofensiva diplomática emprendida por el Papa contra un eventual ataque de EE.UU. y otras potencias a Siria y que incluye la convocatoria a una jornada de ayuno y oración el sábado 7 de septiembre en todo el mundo.
Para dar fuerza a esa jornada el Santo Padre presidirá el mismo día una vigilia de cuatro horas por la paz en la Plaza de San Pedro, en Roma, a la cual quiere asistir el gran muftí y líder espiritual sunita en Siria, Ahmad Badredin Hasu, según informó Fides, la agencia de noticias del Vaticano.
En anticipo a la amplia campaña desplegada incluso en las redes sociales por la Santa Sede contra la guerra en Siria, el Papa reunió el sábado pasado a sus más estrechos colaboradores para analizar la crisis y al día siguiente hizo un dramático llamado contra cualquier ataque extranjero a ese país.