¿Se ha preguntado cuál es la relación entre cambio climático y pobreza?
Por muy difícil que parezca, la respuesta la otorga un informe del Banco Mundial según el cual, de concretarse los compromisos establecidos en la COP21 en Paris, más de 100 millones de personas escaparían de la pobreza.
Los más pobres son quienes se encuentran más expuestos a las perturbaciones relacionadas con el clima, como inundaciones y olas de calor.
Además, debido al cambio climático la producción alimentaria en el mundo será menor.
Esta conferencia es crucial porque el resultado será aplicable a todos los estados para mantener el calentamiento global por debajo de 2° C.
Es así como el cambio climático es considerado uno de los principales desafíos que enfrentarán las nuevas generaciones, e iniciativas como la de la COP21 buscan reducir no solo la temperatura global, sino hacerlo mediante una planificación económica y social que permita hacer a los estados más resilientes en estos aspectos.
De este modo, la proyección para los fondos y la acción climática eficaz no sólo protegerán los ecosistemas, sino que también buscarán estimular el crecimiento económico, financiar la transición hacia economías bajas en carbono y estimular vías de desarrollo más sostenibles, antes y después de 2020.
Hasta el momento 146 países se han comprometido con las contribuciones nacionales que realizarán para reducir los efectos que podría tener el cambio climático.
Sin embargo, a la fecha en la cual se escribió este artículo, países latinoamericanos como Venezuela, Cuba, Jamaica, El Salvador, Nicaragua y Panamá no han expresado su compromiso ambiental, previo al inicio de la conferencia.
No obstante, las contribuciones no solo se limitan al ámbito climático. Estas también incluyen elementos sobre políticas sectoriales como el desarrollo de energías renovables y la eficacia energética.
De esta manera, se busca no solo hacer partícipes a los países y a sus líderes, sino también involucrar a la sociedad civil en el debate de preparación para asumir los compromisos que se acuerden.
Finalmente, es importante recordar que cumplir la meta implica reducir emisiones entre 40 y 70% para 2050, y eliminarlas completamente en el largo plazo. Eso implicaría, según algunos expertos, desacelerar en gran medida el ritmo de la actividad económica mundial.
