Christopher Wilkins, de 48 años, acusado de matar a dos hombres por burlarse de él durante un negocio de drogas una década atrás, fue ejecutado el miércoles por la noche en Texas.
Es la primera ejecución en Estados Unidos en este 2017 que recién comienza.
Wilkins fue declarado muerto a las 6:29 p.m., 13 minutos después de recibir una inyección letal de pentobarbital. Antes de ser inyectado dijo en dos ocasiones "Lo siento" a los parientes de una de las víctimas, pero no hubo palabras finales.
Los abogados del acusado esperaron en vano que la Corte Suprema impidiera su ejecución, tras argumentar que Wilkins fue mal defendido en el primer juicio y las apelaciones posteriores.
Wilkins explicó a los jurados en su juicio en 2008 cómo y por qué mató a sus amigos en Fort Worth tres años antes y y que no le importaba si lo condenaban a muerte.
Según documentos judiciales, los amigos de Wilkins le cobraron 20 dólares por una piedra, haciéndole creer que era crack. Cuando uno de ellos se rió de él, Wilkins lo mató y también mató a al otro porque estaba presente.
Wilkins también testificó que el día antes de matar a sus dos amigos, le disparó y mató a otro hombre en las afueras de un bar en Fort Worth, tras pelear or una llamada de un teléfono pagado, y como una semana después robó un automóvil para tratar de atropellar a dos personas por creer que una de ellas le había robado sus anteojos de sol.