El vicepresidente Mike Pence elogió el sábado la heroica respuesta de la policía y la determinación del pueblo estadounidense durante una ceremonia de oración en Las Vegas antes de que los organizadores liberaran 58 palomas blancas en recuerdo de cada una de las víctimas asesinadas en la peor masacre a tiros en la historia moderna de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, agentes federales comenzaron a retirar pilas de mochilas, cochecitos de bebé y sillas de jardín que las personas que asistían a un concierto dejaron atrás cuando huyeron apresuradamente de aquella lluvia de balas que un sujeto armado les disparaba desde una suite a gran altura en un hotel.
“Fue una tragedia de proporciones inimaginables”, declaró Pence mientras se dirigía a casi 300 personas en el ayuntamiento de Las Vegas. “Aquellas personas que perdimos nos fueron arrebatadas antes de su hora, pero sus nombres e historias quedarán grabados para siempre en los corazones del pueblo estadounidense”.
Los investigadores continúan desconcertados sobre los motivos por los que el atacante, Stephen Paddock, un hombre solitario de 64 años y jugador de video póker que hacía fuertes apuestas, comenzó a disparar el domingo pasado contra la multitud durante el festival de música country desde su suite en el 32do nivel del hotel Mandalay Bay, acción en la que mató a 58 personas e hirió a cientos más antes de quitarse la vida.
Los investigadores creen que una nota encontrada en una mesita de noche en la habitación de Paddock en el hotel, la cual contenía una serie de números, le sirvió para ayudarse a calcular su puntería con más precisión, en cuanto a la trayectoria de los disparos efectuados desde esa altura y la distancia entre su habitación y el lugar donde se efectuaba el concierto, señaló el sábado un funcionario policial.
El funcionario solicitó el anonimato a The Associated Press porque no está autorizado a revelar detalles de una investigación en marcha.
La ceremonia religiosa del sábado en la tarde tuvo lugar después de una marcha de decenas de personas _muchas de las cuales llevaban camisetas que decían “Las Vegas Fuerte”_ desde el Mandalay Bay al ayuntamiento.
Al término de los discursos de Pence y otros políticos, las palomas fueron liberadas, volaron en un arco amplio y después desaparecieron a la distancia mientras alguien gritaba “¡Dios bendiga a Estados Unidos!”.
“El domingo en la noche, Las Vegas enfrentó cara a cara a la personificación del mal, pero ningún mal, ningún acto de violencia, socavarán jamás la fortaleza ni la bondad del pueblo estadounidense”, declaró Pence. “En las entrañas del horror, siempre encontraremos esperanza en los hombres y mujeres que arriesgaron su vida por la nuestra”.
Lisa Rhoads-Shook, cuyo cuñado se encontraba dentro del Mandalay Bay cuando comenzaron los disparos, dijo que asistió a la ceremonia religiosa para formar parte de la conversación acerca de un cambio.
“Estoy tan triste y no es justo, realmente, que nosotros experimentemos otra tragedia que pudo haberse evitado. Tenemos que reconocer que no hay mejor momento para hablar acerca del control de armas”, afirmó.
“No creo que los Padres Fundadores del país hayan querido que el derecho a portar armas se convirtiera en el derecho a acumular un arsenal en la propia casa”, agregó.
AP