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Pensilvania: Escándalo de abuso sexual revive viejas prácticas de la iglesia Católica


El teólogo Álvaro Ramis aseguró a la VOA que si bien está cambiando la tendencia, la sociedad y las víctimas demandan la verdad.
El teólogo Álvaro Ramis aseguró a la VOA que si bien está cambiando la tendencia, la sociedad y las víctimas demandan la verdad.

El escándalo que destapó un informe del gran jurado en Pensilvania, donde revela que más de 300 sacerdotes son acusados de abusar al menos mil niños evoca viejas prácticas de la iglesia Católica al tratar esos temas.

“El modus operandi de la iglesia Católica durante décadas y décadas, tal vez durante todo el siglo XX, estuvo marcado con priorizar la defensa institucional por sobre la atención a las víctimas”, explicó Álvaro Ramis, teólogo de la Universidad de Chile, a la Voz de América.

El experto indicó que siempre se había considerado que toda denuncia buscaba dañar la institución eclesial, por lo que no se valoraban. Esto permitía que los obispos señalados, agregó, solían moverse para que las denuncias no salieran a la luz pública.

Esta investigación de 18 meses realizada desde la Corte Suprema de Pensilvania y que cubre todas las diócesis del estado, sería una de las más exhaustivas sobre el abuso sexual dentro la iglesia Católica en Estados Unidos.

Sin embargo, expuso Ramis, esta situación está cambiando porque vulnera los derechos humanos y genera desconfianza en la iglesia, además de que las denuncias toman cada vez más fuerza.

“Ya no es sostenible la idea de que la iglesia pueda seguir ocultando la información a la justicia civil. Ella debe concurrir, como lo están haciendo muchos países, como una institución más a rendir cuenta de su responsabilidad con respecto a esta materia”, indicó.

El teólogo considera que el papa Francisco está marcando la historia al cambiar el modo de gestionar estas crisis, haciendo referencia a la visita de su Santidad a Chile a principios de año, cuando por primera vez un Papa condena públicamente estos actos.

Aún así, señaló el experto, la sociedad civil y las víctimas demandan la verdad, además de un procedimiento donde se haga justicia y donde se establezcan responsabilidades personales e institucionales.

Repercusiones

Desde su publicación, varias han sido las consecuencias y reacciones dentro y fuera de Pensilvania. Es el caso del exfiscal del estado, Robert Masters, quien fue despedido el miércoles de la oficina de servicios juveniles del condado después de que un reporte demostrara que como fiscal detuvo una investigación de un supuesto abuso infantil por parte de un sacerdote para ganar favores políticos de la diócesis de Pittsburgh.

El exfiscal le explicó al gran jurado que él escribió una carta al entonces sacerdote de Pittsburgh en 1946, diciendo que detenía la investigación para “prevenir publicidad desfavorable”.

Otro personaje que volvió a pronunciarse fue el arzobispo de Washington D.C. y uno de los mencionados en el informe, el cardenal Donald Wuerl. El anteriormente obispo de Pittsburgh, pidió a los feligreses no perder la confianza en la iglesia durante una misa en la Catedral de St. Matthew the Apostle, en la capital estadounidense.

Afirmó que los católicos tienen que ayudar a las víctimas y pidió a la virgen María por su intervención para aquellos que dudan a causa de la “terrible plaga” de abusos.

El cardenal Donald Wuerl ya había publicado el lunes un comunicado en el que asegura que “si bien espero que este reporte será crítico para algunas de mis acciones, creo que también confirma que actué diligentemente”.

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