El Pentágono está desarrollando planes para reestructurar la Guardia Nacional en Washington, D.C., en un movimiento para abordar los problemas destacados por la caótica respuesta a los disturbios del 6 de enero y las violaciones de seguridad durante las protestas de 2020 por el asesinato de George Floyd, según The Associated Press.
Los cambios en discusión transferirían las unidades de aviación del Distrito de Columbia, que fueron objeto de fuertes críticas durante las protestas cuando un helicóptero voló peligrosamente bajo sobre una multitud. A cambio, el distrito obtendría más policía militar, que a menudo es la necesidad más importante de la ciudad, ya que lidia con el control de multitudes y los grandes eventos públicos.
Varios funcionarios actuales y anteriores familiarizados con las conversaciones hablaron bajo condición de anonimato para discutir las deliberaciones internas. Dijeron que no se han tomado decisiones finales.
Un punto de conflicto clave es quién estaría en control de la Guardia de la capital estadounidense, una pregunta políticamente divisiva que llega al corazón de lo que ha sido un problema turbulento y continuo. En todo el país, los gobernadores controlan sus unidades de la Guardia Nacional y pueden tomar decisiones sobre su despliegue en caso de desastres locales y otras necesidades. Pero el Distrito de Columbia (D.C.) no es un estado, por lo que el presidente está a cargo pero le da esa autoridad al secretario de Defensa, quien generalmente la delega al secretario del Ejército.
Según los funcionarios, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, está sopesando dos opciones: mantener el sistema actual o entregar el control al Comando Norte de EEUU, que está a cargo de la defensa nacional.
Altos funcionarios han argumentado a favor del Comando Norte, que quitaría el control de las manos de los designados políticos en Washington que pueden estar en desacuerdo con el gobierno de D.C., y dárselo a los comandantes militares no partidistas que ya supervisan la defensa nacional.
Otros, sin embargo, creen que la toma de decisiones debe permanecer en el Pentágono, reflejando el control civil que los gobernadores tienen sobre sus tropas.
El objetivo general, dijeron los funcionarios, no es disminuir el tamaño de la Guardia del distrito, sino reformarla y garantizar que tenga las unidades, el equipo y la capacitación para realizar las misiones que enfrenta de manera rutinaria.
La propuesta de cambiar las fuerzas de aviación es en gran medida una decisión del Ejército. Trasladaría el ala de la Guardia Aérea de D.C. y su avión a la Guardia de Maryland, y la unidad de aviación del Ejército, con sus helicópteros, a la Guardia de Virginia.
Un oficial del Ejército agregó que una revisión de la Guardia de D.C. examinó su capacidad para proporcionar una respuesta rápida, mando tipo misión y coordinación con otras fuerzas cuando fue necesario durante los últimos cuatro años. La revisión, que condujo a las recomendaciones, involucró a los líderes de la Guardia de Distrito y del Ejército.
La oficina de la alcaldesa de D.C. Muriel Bowser no respondió a una solicitud de comentarios el viernes sobre los cambios propuestos.
Pero Bowser y otros funcionarios locales han afirmado durante mucho tiempo que la oficina del alcalde debería tener la autoridad exclusiva para desplegar la guardia local, argumentando que el alcalde de D.C. tiene las responsabilidades de cualquier gobernador sin las autoridades o herramientas adicionales.
