El ciudadano brasileño David Miranda, pareja del periodista estadounidense Glenn Greenwald, quien hizo públicas las filtraciones de documentos secretos sobre los programas de espionaje de Estados Unidos, ha iniciado acciones legales contra el gobierno de Gran Bretaña.
La medida presentada por Miranda tiene la finalidad de evitar que las autoridades británicas puedan inspeccionar su computadora portátil y otros equipos electrónicos que le fueron confiscados durante las nueve horas que estuvo detenido en el aeropuerto de Heathrow, el domingo 18 de agosto.
Por su parte, Greenwald amenazó al gobierno británico con revelar más secretos sobre el espionaje en Inglaterra y dijo que sus autoridades “se arrepentirán” de haber detenido a su pareja por nueve horas.
"A partir de ahora voy a ser mucho más agresivo en mis reportajes. Voy a publicar muchos más documentos", dijo Greenwald a periodistas en el aeropuerto de Río de Janeiro, donde recibió a Miranda.
"Tengo muchos documentos sobre el sistema de espionaje de Inglaterra. Creo que van a lamentar lo que hicieron", añadió. Todavía no está claro si Greenwald será capaz de cumplir con su amenaza.
La abogada de Miranda, Gwendolen Morgan, dijo que su cliente aspiraba a obtener una revisión judicial sobre la base jurídica de su detención bajo las leyes antiterroristas británicas.
Lo que se pretende es que "no haya ninguna inspección, copia, divulgación, transferencia o interferencia de ningún tipo con los datos de nuestro cliente, hasta que se determine la revisión judicial del caso", dijo la abogada a la agencia Reuters.
En otro hecho relacionado, uno de los jefes editores de The Guardian, el periódico para el que trabaja Greewald, reveló en un artículo de opinión que agentes británicos presenciaron la destrucción de un número no especificado de discos duros de computadora luego de que el periódico comenzara a publicar las filtraciones de Snowden.
Alan Rusbridger dijo que los discos duros –los aparatos donde se guarda documentación fuera de la computadora—fueron destruidos en el sótano de la oficina de The Guardian en el norte de Londres y que dos agentes de la GCHQ, la agencia británica de monitoreo equivalente a la NSA, estuvieron presentes para comprobar su destrucción.
Rusbridger añadió que la destrucción de las memorias fue la culminación de semanas de presión sobre el Guardian por parte de las autoridades británicas.
La medida presentada por Miranda tiene la finalidad de evitar que las autoridades británicas puedan inspeccionar su computadora portátil y otros equipos electrónicos que le fueron confiscados durante las nueve horas que estuvo detenido en el aeropuerto de Heathrow, el domingo 18 de agosto.
Por su parte, Greenwald amenazó al gobierno británico con revelar más secretos sobre el espionaje en Inglaterra y dijo que sus autoridades “se arrepentirán” de haber detenido a su pareja por nueve horas.
"A partir de ahora voy a ser mucho más agresivo en mis reportajes. Voy a publicar muchos más documentos", dijo Greenwald a periodistas en el aeropuerto de Río de Janeiro, donde recibió a Miranda.
"Tengo muchos documentos sobre el sistema de espionaje de Inglaterra. Creo que van a lamentar lo que hicieron", añadió. Todavía no está claro si Greenwald será capaz de cumplir con su amenaza.
La abogada de Miranda, Gwendolen Morgan, dijo que su cliente aspiraba a obtener una revisión judicial sobre la base jurídica de su detención bajo las leyes antiterroristas británicas.
Lo que se pretende es que "no haya ninguna inspección, copia, divulgación, transferencia o interferencia de ningún tipo con los datos de nuestro cliente, hasta que se determine la revisión judicial del caso", dijo la abogada a la agencia Reuters.
En otro hecho relacionado, uno de los jefes editores de The Guardian, el periódico para el que trabaja Greewald, reveló en un artículo de opinión que agentes británicos presenciaron la destrucción de un número no especificado de discos duros de computadora luego de que el periódico comenzara a publicar las filtraciones de Snowden.
Alan Rusbridger dijo que los discos duros –los aparatos donde se guarda documentación fuera de la computadora—fueron destruidos en el sótano de la oficina de The Guardian en el norte de Londres y que dos agentes de la GCHQ, la agencia británica de monitoreo equivalente a la NSA, estuvieron presentes para comprobar su destrucción.
Rusbridger añadió que la destrucción de las memorias fue la culminación de semanas de presión sobre el Guardian por parte de las autoridades británicas.