El buque estadounidense cuyo capitán continúa como rehén de los piratas somalíes llegó al puerto de Kenia, con los 19 tripulantes restantes, horas después que otros piratas capturaron un remolcador de bandera italiana.
El Maersk Alabama llegó a Mombasa mientras su capitán, Richard Phillips, sigue secuestrado en un bote salvavidas a cientos de kilómetros de tierra. Buques de guerra estadounidenses lo vigilan de cerca.
El barco fue atacado por piratas somalíes el miércoles 8 de abril. Los tripulantes lograron encerrarse en un cuarto y dominar a uno de los piratas. Finalmente, los cuatro atacantes se fueron en un bote salvavidas llevándose como rehén al capitán, que se entregó para proteger a su tripulación.
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Simultáneamente los piratas capturaron un remolcador italiano en el Golfo de Adén frente a las costas somalíes mientras remolcaba dos barcazas, dijo Shona Lowe, vocera en el centro de comando marítimo Northwood de la OTAN.
La cancillería en Roma confirmó que 10 de los 16 tripulantes eran italianos. También había cinco rumanos y un croata.
“Recibimos un correo electrónico del barco que decía ‘Nos atacan piratas’ y después de eso nada más”, dijo Silvio Bartolotti, propietario de los barcos.
En los últimos años los piratas somalíes han capturado barcos con numerosos rehenes y han anclado en las costas, donde han escapado a tierra e iniciado negociaciones por rescates multimillonarios.
Los piratas tienen en su poder una docena de barcos con más de 200 tripulantes cautivos, según la Oficina Marítima Internacional, con sede en Malasia, un grupo que vigila la piratería.