El gobierno estadounidense allanó el terreno el miércoles para que las aseguradoras vendan planes de salud a corto plazo como alternativa barata al plan de Barack Obama, cuyas primas son demasiado caras para algunos usuarios.
Los nuevos planes no están obligados a cubrir trastornos de salud preexistentes y sus beneficios son limitados. Esto quiere decir que tal vez no resulten atractivos para un gran sector de consumidores que necesitan pólizas individuales.
Fuentes oficiales dicen que los planes pueden durar hasta 12 meses y son renovables por otros 36. No obstante, el gobierno federal no garantiza su renovación. Los planes vendrán con la aclaración de que no satisfacen los requisitos ni las salvaguardas de Ley de Cuidado de Salud Asequible, conocida popularmente como Obamacare.
Dada la imposibilidad de derogar buena parte de la ley de Obama, el gobierno de Trump ha buscado la manera de socavarla y crear opciones para la gente que debido a sus ingresos no puede recibir subsidios.
Las autoridades esperan que los planes a corto plazo resulten eficaces. El año próximo no habrá impuestos punitivos para quienes opten por la cobertura a corto plazo en lugar del plan global, con el fin de alentar a la gente a elegirla. En los próximos meses se promulgarán otros planes a corto plazo.
Sin embargo, los detractores dicen que los planes son “seguros chatarra” que podrían provocar una desagradable sorpresa al tenedor de la póliza si se enferma y alentar a gente sana a abandonar los mercados de la ley, lo cual elevaría las primas para el resto. Durante el gobierno de Obama, esos planes tenían una vigencia máxima de tres meses, y algunos estados no los permiten.
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