Los principales partidos de la oposición en Honduras anunciaron el miércoles una alianza para presentar una candidatura única en las elecciones presidenciales del 28 de noviembre en el país centroamericano, en las que el postulante del oficialismo marcha líder en las encuestas.
El partido izquierdista Libertad y Refundación (Libre) y la socialdemócrata Unión Nacional Opositora (UNO) lanzaron como opción electoral conjunta a la aspirante de la primera agrupación, Xiomara Castro, esposa del expresidente Manuel Zelaya, derrocado en un golpe militar en 2009.
Castro, de 62 años, y el hasta ahora candidato de UNO, el presentador de televisión Salvador Nasralla, de 68 años, contaban con 18% de las preferencias cada uno, frente al 21% del postulante oficialista, Nasry Asfura, de 63 años, según la última encuesta de la consultora CID-Gallup.
"Esta es una alianza de hecho en la que la cabeza de la planilla presidencial será doña Xiomara Castro de Zelaya", dijo en una conferencia de prensa el coordinador de campaña de la UNO, Pedro Barquero, en un hotel de Tegucigalpa al que acudieron la candidata y Nasralla.
Castro ha anunciado que de asumir el poder impulsará la readecuación de la deuda externa e interna, de unos 13.000 millones de dólares, establecerá relaciones con la China continental y despenalizará el aborto en casos de violación, riesgo para la vida de la madre y malformación del feto.
Nasralla fue candidato presidencial en las elecciones de 2017 por la coalición Alianza de Oposición contra la Dictadura, con el respaldo de Libre, pero fue derrotado por escasa diferencia de votos por Juan Orlando Hernández, actual gobernante, en un proceso en que hubo acusaciones de fraude.
Asfura, un empresario de la construcción respaldado por Hernández, gobierna Tegucigalpa con gran popularidad por segundo mandato consecutivo, gracias al desarrollo de obras de infraestructura carretera, pero aún no ha presentado un plan de gobierno. Su lema es: "Vamos a construir juntos Honduras".
El alcalde, conocido como "Papi a la Orden" o "Tito", enfrentó un antejuicio por cargos de fraude, malversación de caudales públicos y lavado de dinero por el presunto desvío de unos 28 millones de lempiras (1,2 millones de dólares), pero el caso fue desestimado por una corte penal.
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