El príncipe Andrés de Gran Bretaña renunció a sus funciones públicas el miércoles, porque la controversia por sus relaciones sociales con el fallecido empresario estadounidense Jeffrey Epstein ha causado una gran complicación al trabajo de la familia real.
Andrés, el segundo hijo de la reina Isabel, ha negado que haya tenido relaciones sexuales con una adolescente de 17 años que le habría conseguido su amigo Epstein, quien se suicidó en una prisión estadounidense cuando esperaba un juicio por tráfico sexual.
El escándalo se ha intensificado desde que las dudas mostradas por Andrés en una desastrosa entrevista televisiva emitida el sábado provocaron la incredulidad de muchos espectadores por su aparente falta de compasión por las víctimas de Epstein, lo que generó una condena generalizada.
En un comunicado enviado por el Palacio de Buckingham, Andrés dijo que el escrutinio se había convertido en un “trastorno importante” para el trabajo de la familia real y las organizaciones benéficas asociadas con él.
“Por lo tanto, le pedí a su Majestad si podía alejarme de los deberes públicos en el futuro cercano, y ella me ha dado su permiso”, dijo.
“Por supuesto, estoy dispuesto a ayudar a cualquier organismo judicial apropiado con sus investigaciones, si es necesario”, añadió.
La conducta de Andrés ha permeado el debate político antes de las elecciones del 12 de diciembre. El líder del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, dijo que había preguntas por responder, mientras que el primer ministro Boris Johnson dijo que la monarquía estaba “más allá del reproche”.