Las autoridades del estado de Nueva York piensan que los dos peligrosos fugitivos que escaparon de una cárcel de alta seguridad se están moviendo a pie y no han podido ir muy lejos.
Un par de residentes en la parte norte del estado reportaron haber visto una pareja de hombres primero, el día del escape, en el jardín de una casa en Dannemora, el mismo pueblo en que está la prisión, y la madrugada del martes, en Willsboro, un pueblo a unos 65 kilómetros al sureste de Dannemora, cuando caminaban bajo una lluvia torrencial.
Los avistamientos podrían confirmar las sospechas de las autoridades de que una empleada de la prisión planeó recogerlos una vez hubieran escapado, pero cambió de opinión a última hora.
Medios estadounidenses han identificado a la presunta cómplice como Joyce Mitchell, la costurera de la prisión, quien sufrió un ataque de ansiedad y fue hospitalizada más o menos al mismo tiempo que los presos escapaban.
De acuerdo a la cadena CNN, el teléfono de Mitchell fue usado para llamar a varias personas relacionadas con uno de los prófugos, pero el hijo de ella, Tobey Mitchell, asegura que su madre no es el tipo de persona que arriesgaría su vida por otros. Afirmó que fue hospitalizada con dolores en el pecho.
Richard Matt y David Sweat, dos convictos condenados a cadena perpetua, usaron herramientas eléctricas para abrir orificios en las paredes de la cárcel, lo cual les permitió acceder a túneles y pasajes subterráneos por los que llegaron hasta la calle a través de un alcantarillado.
Unos 250 policías buscan a los fugitivos.