El presidente Donald Trump y funcionarios de la Casa Blanca defendieron enérgicamente las restricciones a la entrada de refugiados y personas de siete países de mayoría musulmana, mientras las protestas contra la medida se propagan y los demócratas prometen legislación para bloquearla.
El mandatario, criticado en todo el mundo por la medida temporal antiinmigrante, dijo el lunes que detener la entrada de terroristas a Estados Unidos involucra decisiones difíciles, pero que así cumple con una promesa de campaña.
"No hay nada de bonito en buscar terroristas antes de que entren a nuestro país", dijo en su cuenta de Twitter. "Esto fue parte grande de mi campaña. ¡Aprendan del mundo!".
La orden ejecutiva, firmada el viernes, incluye una suspensión por 120 días del ingreso de refugiados y una prohibición de 90 días a la entrada de personas procedentes de Irak, Irán, Siria, Somalia, Sudán, Libia y Yemen.
La implementación llevó a la confusión, particularmente en los aeropuertos nacionales, donde en algunos casos, personas con tarjetas de residencia o “green cards” fueron detenidas para ser interrogadas de manera más detallada antes de permitir su entrada al país.
Las protestas se extendieron a los aeropuertos de Nueva York, Newark en New Jersey, Dulles en Virginia, Ronald Reagan en Washington, y en los de Denver, Chicago, Dallas, Seattle, Portland, Los Angeles, San Francisco y San Diego, entre otros.
Pero funcionarios de la Casa Blanca dijeron que el decreto se puso en marcha “de manera impecable y con extraordinario profesionalismo”.
“Realmente es una historia de éxito a gran escala en términos de implementación en todos los niveles”, dijo uno de los funcionarios de alto nivel de la administración durante una conferencia telefónica con los reporteros
El presidente Trump ya había dicho, siempre en su cuenta de Twitter que “nuestro país necesita fronteras fuertes e investigación extrema, YA. Miren lo que está pasando en Europa y, en realidad, en todo el mundo —¡un desorden horrible!”.
En otro tuit añadió: “Los cristianos en el Medio Oriente han sido ejecutados en grandes cantidades. ¡No podemos permitir que este horror continúe!”.
Y luego, en un comunicado, el mandatario reiteró que la medida "no se trata de una prohibición contra los musulmanes como la prensa reporta falsamente" y aseguró en cambio que atiende las preocupaciones sobre 'terrorismo y mantener nuestro país seguro".
"Solo 109 detenidos"
El lunes el presidente desestimó las quejas sobre los problemas en los aeropuertos, y aseguró que "solo 109 personas de 325.000 fueron detenidos para interrogarlos".
"Los problemas en los aeropuertos fueron causados por una caída del sistema de Delta [Airlines]", aseguró Trump sin presentar pruebas.
El mandatario también se refirió al líder de la minoría demócrata del Senado, Charles Schumer — quien se atragantó mientras denunciaba la orden de Trump— y a los manifestantes que protestaron en los aeropuertos, mientras aplaudió a su secretario de Seguridad Nacional, John Kelly.
"A pesar de las protestas y los lágrimas del senador Schumer, el secretario Kelly dijo que todo está caminando bien con muy pocos problemas. ¡HAGAMOS A ESTADOS UNIDOS MÁS SEGURO!", dijo.
El secretario Kelly emitió una declaración que buscaba clarificar la política, afirmando que considera “la entrada de residentes permanentes legales asunto de interés nacional” y que ante la ausencia de información que indique una seria amenaza para la seguridad y el bienestar públicos, la residencia podría ser un “factor decisivo en nuestra decisión caso por caso”.
En un comunicado por separado, el Departamento de Seguridad Nacional, dijo que el gobierno mantiene el derecho de revocar visas en el momento en que considere necesario para la seguridad nacional. Pero horas antes una jueza federal de Nueva York prohibió temporalmente las deportaciones de personas entrantes a los aeropuertos de Estados Unidos con visas válidas o solicitudes aprobadas de refugio.
La jueza Ann Donnelly dijo que “existe un peligro inminente de que, en ausencia de una orden de remoción, haya consecuencias sustanciales e irreparables para los refugiados, personas con visa y otros individuos de naciones” que son objeto de la orden del presidente.
Trump ha hecho repetidamente llamados a una revisión más estricta de los refugiados, y los funcionarios que hablaron con los reporteros el domingo describieron el sistema anteriormente usado como “lamentablemente inadecuado”.
Bajo el gobierno del presidente Barack Obama, los refugiados tenían que pasar revisiones de seguridad, incluyendo una revisión estricta por parte de las autoridades y agencias de inteligencia, y extensas entrevistas antes de permitirles la entrada al país. Para muchos refugiados, el proceso tardaba dos años en completarse.
Nihad Awad, director ejecutivo del Consejo de Relaciones Islámico-Americanas, dijo a la Voz de América, que la orden de Trump va en contra de los valores estadounidenses que históricamente han recibido a los que huyen de la persecución y las guerras.
“Donald Trump no nos convence a ninguno de nosotros de que tenga razones legales o de seguridad nacional. Por ejemplo, los refugiados sirios ya están siendo sujetos a dos años de escrutinio e investigación extrema, y una vez que vienen están seguros, están investigados. Ni un solo ataque terrorista ha sido realizado por un refugiado sirio, o por ningún refugiado, que sepamos”, dijo Awad. “Así que para que él base toda su orden ejecutiva en [esa] falsa idea es antiestadounidense, no tiene ética.
Los demócratas en las comisiones judicial, seguridad nacional y relaciones exteriores de la Cámara de Representantes demandaron una reunión de "emergencia" con el secretario Kelly para discutir la controversial orden sobre los refugiados.