El presidente de Rusia, Vladímir Putin, comenzó el jueves su conferencia de prensa de final de año con una pregunta sobre Ucrania y aseguró que los objetivos de Moscú en Ucrania no han cambiado y que no habrá paz hasta alcanzarlos.
Putin, que lleva casi 24 años en el poder y anunció hace poco que se presentará a la reelección, fue recibido con aplausos a su llegada a la sala en el centro de Moscú, a escasa distancia del Kremlin.
Este año los ciudadanos de a pie tenían la oportunidad de hacer preguntas por teléfono, además de las formuladas por periodistas, y los ciudadanos llevaban dos semanas enviando preguntas. Era la primera vez que el presidente, que ha limitado mucho sus interacciones con medios extranjeros, podría recibir varias preguntas de periodistas occidentales desde antes de que comenzaran los combates en Ucrania.
Putin dijo que los objetivos de Moscú no habían cambiado.
Como hizo el día que envió las tropas a Ucrania en febrero de 2022, el presidente enumeró esos objetivos: “desnazificación, desmilitarización y una situación neutral” del país.
El término “desnazificación” alude a las acusaciones rusas de que el gobierno ucraniano está muy influenciado por nacionalistas radicales y grupos neonazis. Ucrania y Occidente han ridiculizado esas afirmaciones.
Putin también ha exigido que Ucrania permanezca neutral y no se sume a la OTAN.
“Habrá paz cuando alcancemos nuestros objetivos” dijo Putin.
El Kremlin ha insistido en que su “operación militar especial” en Ucrania continuará hasta cumplir los imprecisos objetivos marcados.
En una inusual revelación sobre las operaciones militares, Putin dijo que unos 244.000 soldados rusos que fueron llamados a filas para combatir en Ucrania estaban desplegados en el campo de batalla, y descartó que hiciera falta una segunda movilización de reservista. Un total de 617.000 efectivos rusos combaten en Ucrania, señaló.
Putin ordenó una movilización militar parcial en septiembre de 2022 para reforzar sus fuerzas en Ucrania, lo que provocó protestas.
“No hay necesidad” de una nueva movilización, dijo Putin, ya que cada día se unen al ejército 1.500 hombres en el país. Para el miércoles por la noche, señaló, un total de 486.000 soldados habían firmado un contrato con el ejército ruso.
Se esperaba que además de los combates en Ucrania, la conferencia de prensa tratara sobre economía y servicios sociales, según periodistas de medios estatales rusos.
Putin no celebró el año pasado su habitual programa en el que rusos corrientes hacen llamadas ni su gran conferencia de prensa con periodistas.
Además, su discurso anual sobre el estado de la nación se aplazó hasta febrero de este año. Su última conferencia de prensa fue en 2021, cuando Estados Unidos advertía que Rusia estaba a punto de enviar tropas a Ucrania,
Ningún bando ha logrado avances significativos en el campo de batalla últimamente, mientras crecen las dudas sobre el futuro de la ayuda occidental a Ucrania y se aproxima otro invierno de combates. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, viajó a Washington el martes e hizo una apasionada petición de más armamento y ayuda estadounidense.
La comparecencia de Putin iba dirigida principalmente al público ruso y era una oportunidad para resolver personalmente los problemas de los ciudadanos de a pie y reforzar su control sobre el poder antes de los comicios del 17 de marzo.
“Para la mayoría de la gente, esta es su única esperanza y posibilidad de resolver los problemas más importantes”, según un noticiero de la televisora estatal en el canal 1.
Para el miércoles se habían enviado unos dos millones de preguntas a Putin, según medios estatales. El programa está muy coreografiado y es más un espectáculo que un escrutinio.
En 2021, Putin llamó a un ciudadano que preguntó sobre la calidad del agua en la ciudad de Pskov, en el oeste de Rusia, y le aseguró personalmente que ordenaría al gobierno y a las autoridades locales que resolvieran el problema.
Algunos periodistas rusos, que hicieron fila durante horas pese a las temperaturas gélidas para acceder al recinto, se vistieron con trajes tradicionales, incluidos sombreros elaborados, para llamar la atención de Putin. Muchos también sostenían carteles, lo que llevó al Kremlin a limitar el tamaño de los carteles que podían llevar durante la conferencia de prensa, que solía durar unas cuatro horas.
Los asistentes debían hacerse pruebas de COVID-19 y gripe antes de entrar en el recinto de la conferencia. Putin impuso una estricta cuarentena a los visitantes por la pandemia del COVID-19.
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