El mandatario ruso, Vladimir Putin, no participó de un almuerzo de trabajo y abandonó anticipadamente la cumbre del G20 en Australia, argumentando un largo vuelo a casa y la necesidad de dormir, pero dejando la sensación de que huía de la presión.
Horas antes, Australia, Japón y Estados Unidos emitieron un comunicado condenando a Rusia por sus acciones en Ucrania, y cuando Putin tendió la mano para estrechársela al primer ministro canadiense, Stephen Harper, éste respondió diciendo "Supongo que le estrecharé la mano, pero sólo tengo una cosa que decirle: Tiene que salir de Ucrania".
Putin fue el primer mandatario en marcharse de Brisbane el domingo por la tarde, mientras sus homólogos del club del G-20 de naciones ricas y en desarrollo compartían una comida antes de publicar un comunicado para cerrar su cumbre anual.
Así, no estuvo presente para cuando el presidente estadounidense, Barack Obama, dijo que Putín no tiene la altura como para cumplir la tregua acordada en Ucrania.
Obama dijo que EE.UU. no estaba pensando en sanciones adicionales porque “en este momento, las sanciones que tenemos están mordiendo bastante bien”, aseguró en la conferencia final que cerró su gira de una semana a la región Asia-Pacífico.
El mandatario agregó que Estados Unidos seguirá insistiendo en la necesidad de respetar “los principios internacionales fundamentales” y entre ellos, dijo, está el de no “invadir otros países o patrocinar simpatizantes y apoyarlos de manera que dividan a un país que tiene mecanismos para elecciones democráticas".
Obama advirtió que Rusia seguirá sufriendo el aislamiento internacional si no toma un camino diferente. "No es nuestra preferencia ver a Rusia aislada de la forma en que lo es ahora", dijo.
Antes de abandonar la cumbre, Putin dijo que "la situación (en Ucrania), en mi opinión, tiene buenas posibilidades de resolución".
"El lunes debo ir a trabajar. Espero tener cuatro o cinco horas de sueño", agregó Putin. "Se lo dije a Tony y fue muy comprensivo, así que no le di más vueltas".
