Shaun White miró hacia abajo, antes de su primer recorrido por el medio ducto, y no tuvo duda de lo que ocurriría.
“Sinceramente, sabía que lo lograría”, comentó. “Sabía que tenía que conseguirlo”.
Y lo hizo, con vuelos y giros tan espectaculares como perfectos, para obtener la tercera medalla de oro en su vida en el snowboarding, dentro de la modalidad de halfpipe. Una vez conseguida la proeza, White lloró. Se había reivindicado tras un decepcionante cuarto puesto en Sochi 2014.
Recibió elogios por su estupenda ejecución. Pero en las redes sociales surgieron también críticas sobre una demanda por acoso sexual que se interpuso en su contra en 2016.
Luego, White no toleró que los reporteros abordaran el tema en la conferencia de prensa.
“Estoy aquí para hablar de los Juegos Olímpicos, no de chismes y cosas así”, sentenció, antes de marcharse.
Lo que el viento suspendió
El gesto tempestuoso de White no fue nada comparado con el viento que azoto distintas zonas del condado de Pyeongchang. Por tercera vez en cuatro jornadas, no hubo competiciones de esquí alpino. Se suspendió también el biatlón individual de mujeres.
Y los organizadores debieron desalojar el Parque Olímpico de Gangneung, donde volaron sillas y carpas, mientras los visitantes buscaban refugio.
Para este jueves, están previstas dos competiciones en esquí alpino. El slalom gigante de mujeres y el descenso libre de hombres. Si las condiciones meteorológicas no mejoran, comenzarán a agotarse las opciones para recalendarizar.
Gol unificado
La selección conjunta de hockey de Corea anotó finalmente un gol en estos Juegos Olímpicos, por cortesía de un par de jugadoras nacidas en Estados Unidos.
Randi Heesoo Grifin marcó a los 9:31 minutos del segundo periodo, gracias a una asistencia de Marissa Brandt.
Sin embargo, las coreanas cayeron por 4-1 ante Japón.
