La semana pasada, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump fue acusado de cuatro crímenes en relación con sus supuestos intentos por revertir su derrota electoral ante el presidente Joe Biden en 2020.
En lo que a procesos penales se refiere, esta fue su tercera acusación en poco más de cuatro meses: una estatal y dos federales. En total, el expresidente enfrenta 78 cargos penales.
Se espera una cuarta acusación penal a fines de este mes en el estado de Georgia, al sur de EEUU, donde un fiscal local ha estado investigando a Trump y sus aliados por su presunta intromisión electoral en el estado.
Si es declarado culpable de todos los cargos de las tres acusaciones y recibe la pena máxima, Trump podría enfrentar hasta 641 años de prisión, según un cálculo de la publicación Politico.
Sin embargo, una condena no es segura y expertos legales dicen que el expresidente podría evitar la cárcel si negocia acuerdos de culpabilidad con los fiscales y apela los veredictos.
Hasta la fecha, Trump se declaró inocente en los tres casos y calificó los cargos como una “injerencia electoral” diseñada para perjudicar su candidatura presidencial.
Sin embargo, sus problemas legales parecen no haber impactado su dominio como principal candidato a la nominación presidencial republicana. Pero con al menos dos juicios penales que se avecinan el próximo año, los casos probablemente arrojarán una larga sombra sobre su carrera hacia la presidencia, así como sobre la propia agenda informativa.
A continuación, repasamos qué esperar en estos casos.
Pago de sobornos
Este caso, anunciado en marzo, convirtió a Trump en el primer y único expresidente estadounidense en enfrentar cargos penales.
El 30 de marzo, un gran jurado de Manhattan le acusó de 34 cargos de falsificación de registros comerciales en relación con pagos hechos a una estrella de cine para adultos en 2016.
En una escena sin precedentes, cinco días después, Trump se puso a disposición de las autoridades y fue procesado en un juzgado de Manhattan.
Los abogados de Trump intentaron trasladar el caso de la corte estatal de Nueva York a la corte federal, argumentando que su supuesta conducta en el caso estaba relacionada con sus deberes oficiales como presidente.
Pero en julio, un juez federal rechazó el argumento, preparando el escenario para un juicio en un tribunal estatal. El juicio está programado para el 25 de marzo de 2024.
Documentos confidenciales
Este caso, presentado por el fiscal especial Jack Smith, marcó la primera acusación federal de un presidente estadounidense en la historia.
El caso surgió de una investigación de meses de Smith sobre el manejo de secretos gubernamentales por parte de Trump después de que dejó la Casa Blanca en enero de 2021.
El 8 de junio, un gran jurado en Miami acusó a Trump de 37 delitos graves, incluidos 31 cargos de retención ilegal de información de defensa nacional y un cargo de conspiración para obstruir la justicia. Un ayudante de Trump, Walt Nauta, también fue acusado. El expresidente fue procesado el 13 de junio.
A fines de julio, los fiscales dieron a conocer tres cargos adicionales y agregaron otro coacusado al caso: el trabajador de mantenimiento de Mar-a-Lago, Carlos De Oliveira.
Entre los nuevos cargos, Trump y sus dos ayudantes están acusados de pedirle a otro empleado que “borre las imágenes de la cámara de seguridad en el Mar-a-Lago Club para evitar que se proporcionen a un gran jurado federal”.
Trump se ha declarado inocente de los nuevos cargos.
El juicio en el caso está programado para comenzar el 20 de mayo de 2024 en Fort Pierce, Florida.
La fecha del juicio, fijada por la jueza presidente, Aileen Cannon, fue un compromiso entre la solicitud de los fiscales de programar el juicio para diciembre y la solicitud de Trump de posponerlo hasta después de las elecciones presidenciales.
Elecciones del 2020
En lo que muchos ven como la acusación más condenatoria contra Trump, este caso federal se centra en los supuestos esfuerzos del expresidente para revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
La semana pasada, Smith emitió una acusación de cuatro cargos, acusando a Trump de tres cargos de conspiración y un cargo de obstrucción en relación con el esquema.
La acusación se deriva de la investigación masiva del Departamento de Justicia de los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de EEUU por parte de una multitud de partidarios de Trump.
El 3 de agosto, el expresidente compareció en Washington ante un juez federal, quien dio a los fiscales una semana para proponer la fecha del juicio.
La primera audiencia del caso ante la jueza Tanya Chutkan se fijó para el 28 de agosto.
Después de su lectura de cargos, Trump se quejó en su plataforma Truth Social de que no puede tener un juicio justo en Washington, una ciudad de tendencia demócrata.
Un juez tendría que aprobar una solicitud de cambio de sede y no está claro si se concederá.
Interferencia en elecciones de Georgia
Trump podría enfrentar cargos criminales en el condado de Fulton, Georgia, donde la fiscal de distrito Fani Willis ha estado investigando los intentos de Trump y sus aliados de anular el resultado de las elecciones presidenciales.
Un gran jurado especial examinó el caso estatal y emitió un informe en enero recomendando cargos penales.
Willis dijo que anunciará la decisión sobre los cargos a mediados de agosto.
La oficina de Willis ha notificado a más de una docena de personas que están bajo investigación, lo que sugiere que algunas o todas podrían enfrentar cargos.
Implicaciones para su aspiración electoral
Aunque el resultado de los cargos sigue siendo incierto, existe un consenso entre los expertos legales de que, incluso si es declarado culpable, Trump aún puede postularse para presidente.
La Constitución de EEUU establece tres requisitos clave para los candidatos presidenciales: deben ser ciudadanos estadounidenses por nacimiento, tener al menos 35 años y ser residentes del país durante no menos de 14 años. Sin embargo, la Constitución guarda silencio sobre la cuestión de los antecedentes penales o las condenas de los candidatos.
Eso significa que Trump podría postularse para presidente como un delincuente convicto o incluso tras las rejas, como lo hizo Eugene Debs, el candidato presidencial del Partido Socialista, hace más de un siglo.
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