Dinorah Figuera vive en España, pero es la presidenta de un Parlamento en Venezuela. Esta exdiputada “en el exilio” fue designada por la oposición para sustituir a Juan Guaidó al frente de este foro, reconocido por Estados Unidos como el único poder legítimo de Venezuela.
Médico de 61 años y sobreviviente de cáncer, Figuera es una dirigente poco conocida en Venezuela, aunque tiene años dentro de la política.
Y asume esta posición, a más de 7.200 kilómetros de Caracas, en Valencia, España, en uno de los momentos más críticos dentro de la fracturada oposición.
“Recibimos una Asamblea Nacional con diatriba y conflicto”, dijo Figuera el jueves a través de la pantalla en una sesión virtual.
Poco antes había tomado juramento de Juan Guaidó, por cuatro años “presidente interino” de Venezuela y jefe del Parlamento de 2015, que justifica su continuidad al considerar que las elecciones legislativas de 2020, en las que el chavismo retomó el control de la cámara, fueron amañadas.
La acompañan en la directiva de la Asamblea Nacional Marianela Fernández, del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), que reside en Estados Unidos, y Auristela Vásquez, del partido Acción Democrática (AD), también residente en España.
Es una junta que sus ya ganados críticos han tachado de “gobierno en el exilio”, sobre el que además recaerá el control de miles de millones de dólares en activos bloqueados por las sanciones al gobierno de Nicolás Maduro, hasta ahora en poder del “presidente interino” Guaidó.
En su agenda tiene también el desafío de labrar el camino para que la oposición acuda a unas primarias y elija un candidato unitario para enfrentar a Maduro en los comicios presidenciales previstos para 2024.
"Juro por la unidad, por la democracia y por la libertad", aseguró Figuera desde España. “Esta Asamblea Nacional construirá un camino para apoyar todas las medidas necesarias para tener unas elecciones libres y creíbles”.
No será una tarea sencilla.
Moderada
Figuera es miembro de Primero Justicia (PJ), partido que encabezó la solicitud de eliminación del “gobierno interino” de Guaidó, pero “no forma parte de un ala radical”, explicó a la Voz de América el analista político Pablo Quintero, que la define políticamente como “moderada”.
A Figuera “la conocen las personas de su circuito, de su estado (Aragua, centro-norte), quizás, pero no es una persona con un perfil alto desde el punto de vista mediático y no es reconocida a nivel nacional”, explica Quintero.
Con Figuera a la cabeza, es la primera vez en más de una década que una mujer vuelve a presidir la Asamblea Nacional, que en la práctica no tiene poder para legislar.
El 2010 ganó su primer escaño en la asamblea con Primero Justicia para el período 2010-2015, y fue reelegida en 2015, cuando la oposición arrasó en las elecciones legislativas de ese año y se hizo con la mayoría del Parlamento.
“Vengo de una lucha política desde pequeña. Vengo de ser concejal, diputada por el estado Aragua. He construido así una experiencia importante que me ha llevado a asumir esta presidencia con gallardía y mucha humildad”.
Su mirada legislativa ha estado enfocada principalmente en la salud. Figuera, nacida en Caracas en 1961, estudió Medicina en la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde fue dirigente estudiantil.
Tiene también una especialidad en Epidemiología.
Pero la política siempre fue su gran pasión y hasta terapia en su lucha contra el cáncer. “La política me curó”, dijo en una entrevista al medio digital La Gran Aldea en 2020.
“Me dio leucemia en 2006. Estuve alejada como un año de la política hasta que me sentí recuperada. Hablé con Julio Borges (uno de los más importantes dirigentes de PJ) y le dije que quería volver a mi trabajo en el partido”.
“Yo estaba famélica y sin pelo”, siguió. “Me tenían aislada para no contraer infecciones. Julio me preguntó si estaba segura de que podría hacerle frente a ese trabajón. La política me curó. Mi familia estaba asombrada”.
Antes fue concejal del municipio Libertador de Caracas en 1996 y concejal metropolitano de Caracas, entre 2000 y 2004.
Dejarse ayudar
“Hoy la lucha de los venezolanos es en el terreno, es en Venezuela”, cuestionó Sonia Medina, del partido de Guaidó, Voluntad Popular (VP), la postulación de Figuera.
Figuera salió del país tras la muerte del concejal opositor venezolano Fernando Albán bajo custodia de las autoridades de Venezuela.
Era vocera del caso de este dirigente político y “resultó víctima de múltiples amenazas y acosos, que forzaron su exilio”, según un comunicado de PJ.
En España, trabaja en el cuidado de ancianos y colabora con migrantes venezolanos en el exilio, precisa una biografía compartida por su despacho.
En enero de 2020, Figuera dijo, en una entrevista del medio digital La Gran Aldea que para mantenerse en el exterior había recibido apoyo de su partido y de una ONG.
"Yo como en un comedor con mi hija, Casa Caridad, una organización social”, explicó. “Ahí he coincidido con otros venezolanos, muchos profesionales, por cierto. La ropa de invierno me la dieron en lugares de ayuda. Y no sólo no me avergüenzo, sino que me siento orgullosa, porque alguien cuya vocación es servir, ayudar, debe dejarse ayudar”.
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