El destino de la reforma inmigratoria de Estados Unidos podría depender de si la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, acepta la alternativa de ofrecer la opción de la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Pero si bien la oposición a un proyecto de ley integral continúa, también podrían haber consecuencias políticas si el esfuerzo de reforma no cristaliza.
Los partidarios de la reforma de inmigración realizaron manifestaciones a gran escala para presionar a los legisladores. Los opositores en cambio celebraron menos y más pequeños eventos, como uno que se llevó en Richmond, Virginia, al cual asistió uno de los más enconados opositores a la opción de incluir la alternativa de alcanzar la ciudadanía para los indocumentados.
"Si queremos recompensar a las personas por infringir la ley, tendremos más transgresores de la ley. Ellos llegaron aquí por su cuenta, y si las oportunidades no están aquí, si cerramos el atractivo de puestos de trabajo que los atrae, si garantizamos la seguridad en la frontera, una cantidad de gente va a encontrar una manera de volver a su país de origen" , dijo el congresista republicano Steve King.
El evento se llevó a cabo cerca del distrito del líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor.
El representante Cantor y el presidente de la Cámara, John Boehner, decidirán si la cámara vota en última instancia un paquete de reformas.
Costo político
"Si la reforma migratoria no es aprobada, los republicanos cargarán con la culpa", dijo el estratega republicano John Feehery, quien sostiene que su partido corre el riesgo de ser el objeto de la ira del segmento de más rápido crecimiento en Estados Unidos: los hispanos.
"Si se ganan la enemistad de este bloque de votantes, ellos van conformar una coalición que continuamente va a votarles en contra”, y los republicanos “estarán en un gran problema", explicó.
En 2012, el candidato presidencial republicano Mitt Romney, obtuvo menos del 30% del voto hispano.
La postura del Partido Republicano sobre la reforma migratoria es una de las razones por cuales, según la activista Angélica Salas, “ellos nos continúan recordando por qué no debemos votarlos o apoyarlos".
La tendencia de voto es confirmada por el investigador hispano Marcos López, del Centro de Investigación Pew.
"Hemos visto un aumento en el número de hispanos que se identifican o se inclinan hacia el Partido Demócrata en los últimos años", subraya López, quien indica además que la reforma de la inmigración, es uno de los temas que preocupan a los hispanos. Otros incluyen a las oportunidades económicas y la educación.
López dice que el electorado hispano representa en la actualidad a 23 millones de votante y podría alcanzar los 40 millones en 2030.
"En la última década, los hispanos como grupo individual representan más de la mitad del crecimiento de población de Estados Unidos. En el futuro, seguirán representando una parte significativa, tal vez incluso una mayoría del crecimiento demográfico de Estados Unidos", advirtió López.
Pocas posibilidades
Pero más allá de las especulaciones, el estratega republicano John Feehery, ve pocas posibilidades de que sea aprobada una reforma migratoria este año, pero espera que su partido finalmente apoye la opción de ofrecer la alternativa de alcanzar la ciudadanía para los indocumentados.
"En definitiva la gente vota por aquello que le toca el bolsillo. Y creo que a medida que los votantes hispanos se vuelvan más prósperos y se introduzcan más en la corriente principal de la sociedad estadounidense, es cuándo comenzarán a votar pensando en el bolsillo (en sus intereses económicos) y entonces van a comenzar a mirar hacia los republicanos. La razón por la que creo que debemos aprobar una reforma migratoria integral es para acelerar este proceso", afirmó.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano por Ohio, John Boehner, sostiene que entiende que una reforma migratoria es necesaria. "El sistema actual está quebrado. Hay que resolver este tema", afirmó.
Sin embargo, Boehner ha descartado una votación sobre un proyecto de ley que no esté respaldado por la mayoría de su bancada y esta posición parecería descartar la opción de ofrecer la alternativa de la ciudadanía.
Pero si bien la oposición a un proyecto de ley integral continúa, también podrían haber consecuencias políticas si el esfuerzo de reforma no cristaliza.
Los partidarios de la reforma de inmigración realizaron manifestaciones a gran escala para presionar a los legisladores. Los opositores en cambio celebraron menos y más pequeños eventos, como uno que se llevó en Richmond, Virginia, al cual asistió uno de los más enconados opositores a la opción de incluir la alternativa de alcanzar la ciudadanía para los indocumentados.
"Si queremos recompensar a las personas por infringir la ley, tendremos más transgresores de la ley. Ellos llegaron aquí por su cuenta, y si las oportunidades no están aquí, si cerramos el atractivo de puestos de trabajo que los atrae, si garantizamos la seguridad en la frontera, una cantidad de gente va a encontrar una manera de volver a su país de origen" , dijo el congresista republicano Steve King.
El evento se llevó a cabo cerca del distrito del líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor.
El representante Cantor y el presidente de la Cámara, John Boehner, decidirán si la cámara vota en última instancia un paquete de reformas.
Costo político
"Si la reforma migratoria no es aprobada, los republicanos cargarán con la culpa", dijo el estratega republicano John Feehery, quien sostiene que su partido corre el riesgo de ser el objeto de la ira del segmento de más rápido crecimiento en Estados Unidos: los hispanos.
"Si se ganan la enemistad de este bloque de votantes, ellos van conformar una coalición que continuamente va a votarles en contra”, y los republicanos “estarán en un gran problema", explicó.
En 2012, el candidato presidencial republicano Mitt Romney, obtuvo menos del 30% del voto hispano.
La postura del Partido Republicano sobre la reforma migratoria es una de las razones por cuales, según la activista Angélica Salas, “ellos nos continúan recordando por qué no debemos votarlos o apoyarlos".
La tendencia de voto es confirmada por el investigador hispano Marcos López, del Centro de Investigación Pew.
"Hemos visto un aumento en el número de hispanos que se identifican o se inclinan hacia el Partido Demócrata en los últimos años", subraya López, quien indica además que la reforma de la inmigración, es uno de los temas que preocupan a los hispanos. Otros incluyen a las oportunidades económicas y la educación.
López dice que el electorado hispano representa en la actualidad a 23 millones de votante y podría alcanzar los 40 millones en 2030.
"En la última década, los hispanos como grupo individual representan más de la mitad del crecimiento de población de Estados Unidos. En el futuro, seguirán representando una parte significativa, tal vez incluso una mayoría del crecimiento demográfico de Estados Unidos", advirtió López.
Pocas posibilidades
Pero más allá de las especulaciones, el estratega republicano John Feehery, ve pocas posibilidades de que sea aprobada una reforma migratoria este año, pero espera que su partido finalmente apoye la opción de ofrecer la alternativa de alcanzar la ciudadanía para los indocumentados.
"En definitiva la gente vota por aquello que le toca el bolsillo. Y creo que a medida que los votantes hispanos se vuelvan más prósperos y se introduzcan más en la corriente principal de la sociedad estadounidense, es cuándo comenzarán a votar pensando en el bolsillo (en sus intereses económicos) y entonces van a comenzar a mirar hacia los republicanos. La razón por la que creo que debemos aprobar una reforma migratoria integral es para acelerar este proceso", afirmó.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano por Ohio, John Boehner, sostiene que entiende que una reforma migratoria es necesaria. "El sistema actual está quebrado. Hay que resolver este tema", afirmó.
Sin embargo, Boehner ha descartado una votación sobre un proyecto de ley que no esté respaldado por la mayoría de su bancada y esta posición parecería descartar la opción de ofrecer la alternativa de la ciudadanía.