El Senado de Estados Unidos inició las discusiones preliminares sobre el proyecto de ley de la reforma inmigratoria, presentado por un grupo bipartidista de senadores y aprobado por la Comisión Judicial.
El líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, inició las conversaciones que se podrían extender por varias semanas en el pleno del Senado, expresando su apoyo al proyecto de ley.
“Nuestro sistema no funciona, y es gratificante ver el impulso y apoyo que tiene este paquete de reformas con sentido común, las cuales harán a nuestro país más seguro”, dijo Reid.
Las críticas, sin embargo, no se hicieron esperar. El senador republicano Jeff Sessions, uno de los principales opositores de la medida, respondió que ésta no acabaría con la inmigración ilegal, como lo afirman sus autores, y que, por el contrario, ofrece una amnistía a personas que violaron la ley.
“Debemos establecer leyes inteligentes de entrada. Reglas que beneficien al país, y que sean obligatorias. No podemos rechazar a una persona obediente y luego dar la vuelta y permitir que alguien que entró ilegalmente se beneficie de haber violado nuestras leyes”, sostuvo Sessions.
El republicano Mike Lee criticó el proyecto de ley ya que, según él, pretende solucionar muchos problemas al mismo tiempo. Una expectativa que considera poco realista.
“En vez de solucionar nuestros problemas de inmigración actuales, la medida empeorará muchos de ellos. No se trata de una reforma migratoria, se trata de impotencia del gobierno”, dijo Lee, representante del estado de Utah.
También habló el demócrata Patrick Leahy, quien aprovechó para pedirles a sus colegas republicanos que eviten el uso de maniobras legislativas para impedir la votación que daría pie al debate.
“Representamos a más de 300 millones de estadounidenses, y ellos están contando con nosotros para que no utilicemos tácticas dilatorias, sino para que votemos a favor o en contra”, solicitó Leahy, quien es también el presidente de la Comisión Judicial del Senado.
Para abrir el debate y comenzar con las enmiendas, este martes, se requiere una votación con un mínimo de 60 senadores a favor.
El líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, inició las conversaciones que se podrían extender por varias semanas en el pleno del Senado, expresando su apoyo al proyecto de ley.
“Nuestro sistema no funciona, y es gratificante ver el impulso y apoyo que tiene este paquete de reformas con sentido común, las cuales harán a nuestro país más seguro”, dijo Reid.
Las críticas, sin embargo, no se hicieron esperar. El senador republicano Jeff Sessions, uno de los principales opositores de la medida, respondió que ésta no acabaría con la inmigración ilegal, como lo afirman sus autores, y que, por el contrario, ofrece una amnistía a personas que violaron la ley.
“Debemos establecer leyes inteligentes de entrada. Reglas que beneficien al país, y que sean obligatorias. No podemos rechazar a una persona obediente y luego dar la vuelta y permitir que alguien que entró ilegalmente se beneficie de haber violado nuestras leyes”, sostuvo Sessions.
El republicano Mike Lee criticó el proyecto de ley ya que, según él, pretende solucionar muchos problemas al mismo tiempo. Una expectativa que considera poco realista.
“En vez de solucionar nuestros problemas de inmigración actuales, la medida empeorará muchos de ellos. No se trata de una reforma migratoria, se trata de impotencia del gobierno”, dijo Lee, representante del estado de Utah.
También habló el demócrata Patrick Leahy, quien aprovechó para pedirles a sus colegas republicanos que eviten el uso de maniobras legislativas para impedir la votación que daría pie al debate.
“Representamos a más de 300 millones de estadounidenses, y ellos están contando con nosotros para que no utilicemos tácticas dilatorias, sino para que votemos a favor o en contra”, solicitó Leahy, quien es también el presidente de la Comisión Judicial del Senado.
Para abrir el debate y comenzar con las enmiendas, este martes, se requiere una votación con un mínimo de 60 senadores a favor.