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Cámara tendría que votar nuevamente proyecto de reforma tributaria


El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, tras la votación sobre el proyecto de ley de la reforma impositiva. 19 de diciembre de 2017.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, tras la votación sobre el proyecto de ley de la reforma impositiva. 19 de diciembre de 2017.

El proyecto de ley para reformar el sistema tributario de Estados Unidos quedaría en manos del Senado tras ser aprobado en la Cámara de Representantes el martes con una votación de 227 votos a favor y 203 en contra.

Sin embargo los demócratas dijeron el martes que el proyecto debía ser votado nuevamente el miércoles por la Cámara tras un un error en el procedimiento.

Según encuestas previas, el proyecto de ley tenía un amplio margen de desaprobación que alcanzaba el 55 por ciento, una situación que no desanimó a los republicanos en su lucha por conseguir su primera conquista legislativa.

Durante la presentación del proyecto de ley, antes de dar inicio a la votación , el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan insistió en los beneficios del nuevo sistema tributario, asegurando que generará más empleo y llevará dinero de regreso a los bolsillos de los estadounidenses.

Ryan también resaltó que el plan de reforma tributaria si bien no va solucionar todos los problemas "sí hará que sean más fácil de superar".

El Congreso de Estados Unidos, bajo control republicano, aprobó de esta manera la mayor reforma al sistema tributario en más de 30 años.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan ofreció una conferencia de prensa previa a la votación en la que se mostró confiado de conseguir los votos necesarios para su aprobación y expresó que "éste es el mejor ejemplo de una promesa hecha y una promesa cumplida".

Se espera que el Senado haga lo propio esta noche.

Sobre la supuesta baja popularidad de la propuesta de reforma tributaria, Ryan insistió que "los resultados harán que se vuelva popular".

Reacciones

Las reacciones no se hicieron esperar, una de las primeras en emitir su opinión fue la senadora demócrata, Dianne Feinstein, quien tildó la propuesta de reforma tributaria de “desastrosa” e hizo un llamado a través de su cuenta de Twitter a sus colegas en el Senado para que voten “No” a la reforma tributaria.

“Este proyecto de ley NO es una reforma fiscal. Son los recortes de impuestos para los ricos y la llamada ‘economía del goteo’ lo que NO funciona”, escribió Feinstein.

Por su parte, el senador republicano Ted Cruz señaló que se trató de “una gran noticia” los resultados de la votación en la Cámara de Representantes y prometió trabajar en el Senado para aprobar rápidamente el proyecto de ley que “ofrezca recortes tributarios genuinos para el pueblo estadounidense”.

La Cámara de Representantes introdujo la legislación fiscal inicial el pasado dos de noviembre.

El lunes, los últimos dos senadores republicanos que se resistían aún a la iniciativa legal, Susan Collins y Mike Lee, accedieron a respaldarla.

Los republicanos insisten en que el paquete de rebajas de impuestos por un valor de $1,5 billones de dólares para las corporaciones, pequeños negocios y personas impulsará el crecimiento económico y el empleo. También consideran la medida como clave para tener esperanzas de retener sus mayorías en la Cámara y el Senado cuando los ciudadanos acudan a las urnas en noviembre de 2018.

La legislación consensuada contiene elementos de los dos proyectos separados de la Cámara y el Senado. Recorta permanentemente la taza impositiva para las corporaciones del 35% actual a 21% y reduce los impuestos a los estadounidenses más pudientes, mientras que otorga reducciones más modestas de impuestos a los demás.

Los recortes presupuestarios para los individuos son temporales y expirarán en 2026. Por ejemplo, la deducción de impuestos más usada —por unas dos terceras partes de las familias estadounidenses— se duplica a $24.000 dólares para los parejas casadas pero termina dentro de ocho años.

La legislación también elimina una importante e impopular parte de la ley de salud aprobada durante el gobierno del anterior presidente Barack Obama, que obligaba a los contribuyentes sin seguro médico a pagar una multa. Tal medida podría resultar en un aumento de las primas de seguros para el resto de contribuyentes.

Los demócratas argumentan que los impuestos favorecen especialmente a los ricos.

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