El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas que es necesario que exista una nueva ONU que refleje la naturaleza diversa del mundo actual.
"Hay un nuevo regionalismo que ha surgido", dijo, agregando que América Latina es uno de los polos de este nuevo movimiento de países llamados "no alineados".
Maduro dijo que es necesario reformar la ONU y su Consejo de Seguridad, y puso como ejemplo la Alianza Bolivariana para las Américas (Alba), a UNASUR y a Petrocaribe.
También reclamó contra el embargo económico a Cuba, emplazando a presidente Barack Obama con un "¿hasta cuándo?".
El mandatario aprovechó de recordar al fallecido Hugo Chávez, antes de decir que "no pudieron con Chávez, Venezuela va a seguir su rumbo de revolución".
Maduro dijo estar de acuerdo con combatir el terrorismo, calificando como "repugnante" el asesinato de periodistas, y condenó como "terrorista" las operaciones de la OTAN en Siria para derrocar el gobierno de ese país.
"Creemos que en vez de estar bombardeando y bombardeando, hay que crear una alianza que respete la soberanía de las naciones", agregó.
Maduro solidarizó con Palestina y criticó la amenaza del uso de la guerra para lograr una paz estable, además de ofrecerse para establecer las nuevas prioridades mundiales donde "todos tengamos voz y voto".
Por último, invitó a las delegaciones a sumarse a la cumbre histórica de movimiento de países no alineados a realizarse en Caracas en 2015.
Reformas a la ONU
La necesidad de una reforma de la ONU fue uno de los temas dominantes de las presentaciones de los presidentes latinoamericanos en la jornada inaugural del debate en la Asamblea General el miércoles.
La presidenta argentina Cristina Fernández dijo que la decisión de elaborar un marco jurídico para la reestructuración de deuda soberana de los países –un reclamo de los países pobres– es un indicio de que es posible reformar las Naciones Unidas.
Fernández sostuvo que “gran parte de los problemas que tiene el planeta se deben a la ausencia de una multilateralidad efectiva, concreta y democrática”.
Añadió que, en ese contexto, la decisión tomada a principios de septiembre de crear un marco jurídico para la restructuración de la deuda soberana de los países es un paso en la dirección indicada.
“Era una tarea que nos debíamos”, manifestó. “Celebro que esta Asamblea haya tomado el toro por las astas y espero que entre este año y el próximo hayamos podido construir un marco regulatorio de restructuración de deuda soberana para que a ningún otro país le pase lo que hoy le está pasando a Argentina”, que entró en un default técnico en el marco de una feroz batalla con fondos especulativos.
Por su parte, Chile pidió una reforma al Consejo de Seguridad.
“En muchas ocasiones, lamentablemente, el Consejo de Seguridad no ha sido capaz de actuar con la unidad de sus miembros”, afirmó por su parte la presidenta chilena Michelle Bachelet. “Ello afecta la legitimidad y credibilidad del principal órgano encargado de la paz y seguridad regionales.
“La reforma del Consejo es una tarea pendiente que exige decisión política y acción”, agregó Bachelet, quien reiteró el apoyo de Chile a la ampliación del órgano y a las aspiraciones de Alemania, Brasil, Japón y la India de ser miembros permanentes.
Para la presidenta brasileña Dilma Rousseff, la reforma del Consejo de Seguridad “se está demorando mucho”.
“El Consejo ha tenido problemas para promover soluciones pacíficas” a los conflictos y se necesita "una reforma genuina para superar la actual parálisis", sostuvo. A continuación pidió un Consejo "más representativo y más legítimo".
A su vez, México se ofreció directamente como modelo de cambio.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo que "cambiar nunca es fácil. Menos, cuando se requiere una transformación de fondo, que depende de la cooperación de múltiples actores, y cada uno tiene sus respectivas prioridades e intereses.
"En México había una situación similar", señaló el mandatario al ofrecer a su país como modelo para cambios de fondo. Afirmó que el llamado "Pacto por México" logró conciliar "compromisos esenciales para impulsar una amplia agenda de reformas en distintos ámbitos de la vida nacional".
"La diversidad (de intereses) es una fortaleza cuando hay disposición para el diálogo constructivo", acotó.