Después del petróleo, las remesas se consolidaron como la principal fuente de ingresos de Venezuela, sobrepasando las exportaciones no petroleras.
En tres años, el envío de remesas pasaron de 78 millones de dólares en 2016, a cerca de 3.700 millones de dólares para 2019.
Hasta hace tres años las remesas no tenían un impacto relevante en la economía venezolana, los hogares no dependían de sus familiares en el exterior.
En 2016 el monto de las remesas fue de apenas 78 millones de dólares, pero en 2017 aumentaron a 1.138 millones de dólares. La cifra ascendió a 2.500 dólares en 2018 y se espera que alcancen los 3.700 millones de dólares al final de 2019, según los estimados de la firma Ecoanalítica.
Lo que indican estas cifras es que después del petróleo, las remesas se convirtieron rápidamente en la principal fuente de ingresos para Venezuela, transformado por completo la estructura económica y social del país.
“(Si) la gente no se termina de morir de hambre, es por los venezolanos en el exterior”, asegura María Eugenia Guevara, venezolana residente en Washington D.C. quien envía remesas de manera regular a sus familiares en Venezuela.
Según Ecoanalítica, en 2017 los venezolanos en el exterior le enviaron a sus familiares un promedio de 75 dólares mensuales. En 2018, la cifra ascendió a 90 dólares. Pero en lo que va de 2019,quienes envían dinero desde el exterior, han tenido que hacer un esfuerzo mayor.
“El año pasado yo podía enviar 100 dólares y la persona que se los enviaba podía vivir bien, podía pagar ciertas necesidades mínimas. La comida. Hoy día, 100 dólares, ni siquiera en una semana a una familia le alcanza”, aseguró a Venezuela 360, María Eugenia Guevara.
De un año a otro los que envían remesas han pasado de 1.7 millones de personas a 2.2 millones lo que representa un aumento del 29 por ciento, reconfigurando la estructura socieconómica de los hogares venezolanos.
“Las cosas se han simplificado en Venezuela. Están las familias que tienen dólares y pueden vivir modestamente y las familias que no tienen dólares, sobreviven con un salario de un dólar al mes, más lo que puedan conseguir de productos subsidiados. Es una diferenciación social odiosa”, explicó José Guerra, parlamentario venezolano y economista.
Para Juan Vicente León, director de Datanálisis, las remesas al igual que otras fuentes alternativas de recursos extranjeros, le permiten a un sector de la población obtener los bienes de consumo no subsididados del gobierno, que son limitados y focalizados. “Hay en Venezuela alimentos, medicinas, pero valoradas en moneda extranjera, en dólares, sin la capacidad de compra de las grandes mayorías”.
La informalidad con la que funciona el envío de remesas, requiere desarrollar un elevado nivel de confianza con la persona que se hace la transacción. “Es por eso que hablaba del pacto de caballeros porque tienes que confiar en la persona con la cual estás haciendo la transacción, porque tú puedes depositar los dólares aquí, pero tú no sabes si te van a depositar los bolívares allá”, explicó Guevara.
La más reciente encuesta de la firma Consultores 21 aplicada a 2000 personas en el mes de junio, reveló que el 40 por ciento de los encuestados, han recibido dinero de familiares desde el exterior al menos en una ocasión y el 32 por ciento reconoció que recibe asistencia económica a través de las remesas de manera regular.