Los intentos para hacer contacto con los 33 mineros atrapados desde en una mina en el norte de Chile mostraron avances, aunque persiste la incertidumbre sobre si están vivos o muertos.
El subsecretario de Minería, Pablo Wagner, dijo que los trabajos de perforación a través de sondas habían avanzado más de 300 metros de profundidad, llegando hasta la mitad de la distancia estimada a la que se encontrarían los mineros, en la mina San José, en las cercanías de Copiapó, a unos 800 km al norte de Santiago.
"Hay cinco sondajes que están trabajando bastante firme. Hay uno que ha avanzado más de 300 metros", dijo Wagner en declaraciones a Televisión Nacional de Chile.
Los rescatistas intentan llegar a los mineros a través de la perforación de pequeños y profundos agujeros para darles alimentos.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, dijo que "mientras haya esperanza no vamos a escatimar ninguno esfuerzo para rescataros".
El primer intento de descender a través de un túnel de ventilación fracasó debido a que el ducto de aire cedió.
"Hemos pasado de horas a días y ahora, posiblemente, un rescate que podría tomar semanas, que es muy doloroso para nosotros y genera un sentimiento de ira e impotencia", dijo Laurence Golborne, ministro de Minería de Chile.
Los familiares de los mineros se encuentran a las afueras de la mina, a la espera de noticias y con apoyo psicológico.
Las autoridades suponen que los mineros lograron escapar hacia un refugio de emergencia que cuenta con oxígeno –aunque la reserva da para 72 horas– y no hay confirmación de que llegaron allí.