Daniel Tarullo, miembro de la junta de directores de la Reserva Federal y supervisor del sector financiero, anticipó la renuncia a su cargo "alrededor del 5 de abril de 2017".
Su dimisión le otorga más libertad para controlar la economía a la Administración de Trump, quien podrá llenar tres vacantes en el banco central en su primer mes como mandatario.
Antes de la renuncia de Tarullo, ya existían dos vacantes en la junta de directores de la Reserva Federal.
A pesar de los esfuerzos de Obama por designar ambos puestos con la nominación de Richard Shelby y a Allan Landon en 2015, el Senado, de mayoría republicana, nunca aprobó a ningún candidato.
Una de las vacantes existe a raíz de la ley Dodd-Frank (promovida por la Administración de Obama en reacción a la crisis financiera del 2008), que creó un nuevo puesto en la junta con la intención de controlar más rigurosamente a los bancos y evitar otro colapso de la economía.
Ante la vacante, Tarullo desempeñaba el trabajo de supervisor que la ley suponía crear.
Tarullo no dio explicaciones por su decisión, pero aseguró que planeaba renunciar a su cargo a pesar del resultado de las elecciones presidenciales. Confía en que las reformas de la ley Dodd-Frank sobrevivirán a la nueva Administración.
Una de las promesas de campaña de Trump fue eliminar las excesivas regulaciones que controlan al sector bancario.
La renuncia de Tarullo le abre el camino para designar a tres funcionarios más propensos a la desregulación de la economía.
Trump desafió la ley Dodd-Frank la semana pasada cuando ordenó a su equipo revisar sus dictámenes.
En la misma reunión, prometió a empresarios liberar a los bancos de las restricciones impuestas por la ley.